sábado, mayo 21, 2016

10Y51

La segunda crítica a la Cumbre Mundial Humanitaria del columnista de Foreign Policy sobre el que escribí ayer se me olvidó, y como esa revista tiene una estrategia agresiva de ventas que no permite leer más de una vez un artículo sin registrarse, no puedo revisar para acordarme. 


Así que queda la tercera, la que creo tiene una dosis de verdad: que la cumbre no se reúne a sellar un acuerdo concreto, si no que todo está por acordar. Los cuatro temas con los que se inició la discusión cambiaron múltiples veces a través de las consultas regionales, sin converger a ningún tipo de acuerdo. Cada reunión parecía renovar la agenda, y nadie supo lo que iba a sugerir el Secretario General hasta que salió el reporte en febrero. Compárese esto con el resultado de Sendai, que apenas varió lo pactado en Hyogo en 2005, concentrándose la atención en los compromisos y en los indicadores de progreso. Las consultas para la cumbre cubrieron el globo pero se quedaron el lo superficial. Seguí dos de las versiones de estas y participé en una reunión de expertos en Nueva York en junio del año pasado. Las virtuales fueron decepcionantes: muy pocas contribuciones, poca discusión y luego unas conclusiones de origen no muy claro. En Nueva York la cosa fue un poco mejor, en tanto ya había una preselección de recomendaciones de entre las cuales el público se decidió por las más importantes. Pero el impacto del ejercicio es incierto. 

Pero incluso en este sentido, la cumbre merece un poco de comprensión. Sendai es el resultado de un proceso que empezó al final de los ochentas, con un sólo donante dominante sin ninguna agenda escondida. En cambio, en la ayuda humanitaria convergen todo tipo de intereses, valores y motivos, aupados por el poder mediático de las crisis. La lucha por los presupuestos es fiera, y las presiones pro reforma incapaces de vencer la inercia del sistema — como ha sido el caso varias veces en el pasado. 

Lo mejor es relajarse y disfrutar. Entender la naturaleza del evento, el contexto y la escala temporal en la que se le encontrará significado: no en meses, ni en años, sino que tal vez en décadas.  Todos los mejores deseos para la gente en Estambul. 

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