martes, mayo 31, 2016

10Y61

Hay un niño de siete años pérdido en zona rural de Hokkaido, la isla norte del país. Sus padres lo dejaron allí como castigo y cuando volvieron ya no lo encontraron. Las fuerzas locales se han unido desde el 28, pero no han tenido éxito. Ojalá lo encuentren pronto, sano y salvo. 


Hace unos años hubiera reaccionado a tal noticia con indignación, pero ahora no puedo dejar de identificarme con aquellos padres desafortunados. Puedo imaginar una situación que conduzca a un castigo tan drástico, y se me hace un nudo en la garganta al pensar en lo que estarán sintiendo. 

Supongo que si algo le pasó al niño, los padres enfrentarán cargos penales, pero ¿no habrán ya sido suficientemente castigados? Qué difícil debe ser vivir después de tal experiencia. 

Es esta capacidad humana de la compasión y de ponerse en los zapatos del otro, una de las mayores fuerzas que nos impulsa a valorar la ética y la justicia en todo lo que nos rodea. Pero esto no quiere decir que sea una fuerza benéfico, mucho menos objetiva. Todo lo contrario. Lo que me imagino y siento al contar la historia es una invención del cerebro que no puede parar de contarse historias para encontrarle sentido a la existencia. Lo mejor sería guardarse cualquier juicio hasta conocer a fondo las evidencias. 

Pero es tan limitado lo que nos es dado saber, que no podemos evitar guiarnos con prejuicios y corazonadas. Parece una trampa. 

lunes, mayo 30, 2016

10Y60

En una de sus presentaciones sobre la teoría de capacidades, Amartya Sen pone el ejemplo de una persona pasando hambre y otra ayunando. Cualquiera estaría de acuerdo en que la primera de estas dos personas carece de libertad mientras que la segunda no, a pesar de que ambas se encuentren en el mismo estado fisiológico. La ventaja de las capacidades evaluando el bienestar de la sociedad es que puede capturar esta diferencia e informar así la política social de una manera más acertada. 


¿Qué pasaría si intentáramos usar una lógica similar para entender las formas en que morimos? ¿Podremos distinguir  libertad en algunas muertes y humillación o tragedia en otras? 

El sentido común sugiere que la eutanasia y la muerte después de cierta edad serían muertes que podrían ser compatibles con el ejercicio de la libertad. Los suicidios serían una adición más problemática. Pero ¿es posible una formulación más genérica?

La explicación de Sen en el caso inicial es que, ante resultados iguales, la libertad se encuentra en las opciones disponibles para cada persona de lograr resultados distintos. Parecería entonces que en una crisis, en la cual no hay opciones de escapar con vida, sería imposible distinguir una muerte libre. Sólo tal vez si es la muerte de un rescatista, lo que en seguida se asociaría con heroísmo, no libertad. 

Pero tal vez en una crisis más compleja sea posible distinguir grados de libertad dentro de la tragedia de la muerte.  

Continuará. 

10Y59

Esa costumbre que tienen las arañas de comerse a sus consortes. Cómo si la vida no fuese suficientemente difícil. Además de explorar y pasarse el día cazando, escapando de alimañas asesinas, cuando llega ese momento del año, hay que buscar a la hembra y hacerle el baile especial. Tiene que demostrar fuerza y temple, para que la araña no se aburra antes de tiempo. Tiene que parecer que uno es lo mejor que ha parido la tierra para que no le echen el diente. Con unas palmaditas en la cabeza se confirma que el movimiento de cadera ha surtido efecto. Entonces hay unos segundos para desovar y luego huir. ¿Por qué no podremos resistirnos a esta tiranía genética? No hay tiempo para averiguarlo. 

domingo, mayo 29, 2016

10Y58


Los centros comerciales pasaron muy rápido de ser una encarnación del consumismo, a ser el resguardo del viajero. Sus espacios estándares le permiten al visitante fluir tranquilamente, sin preocuparse por no entender el idioma o no saber cómo interactuar. Se encuentran los mismos restaurantes de confianza y los precios están fijos. El sabor también es el mismo. 

Podrá ser vejez, pero así es como estamos. (Bueno, también cuenta que caminando por Taksim me han intentado estafar dos veces)



sábado, mayo 28, 2016

10Y57

Cuando despertó, el emperador seguía vestido. 

jueves, mayo 26, 2016

10Y56

En Estambul conocí una persona que vivió por tres meses en Bogotá, estudiando español en la Javeriana. Su impresión de la ciudad y, de paso, del país es que los contrastes son muy fuertes. Hay gente muy buena y gente muy mala, dijo. Parece que en una panadería el que atendía la intentó robar frontalmente. De un día para otro, la misma torta que compraba cambiaba de precio. No se le olvida. Creo que también la robó un niño, pero luego se hicieron amigos.  Quien sabe que más le habrá pasado. A mí nunca se me había ocurrido tal descripción. Ella dijo que era porque había vivido siempre entre colombianos. Puede ser. 

miércoles, mayo 25, 2016

10Y55

La probabilidad de morir en un accidente aéreo son muy remotas, aún más si las causas no son accidentales. Es màs probable que pase algo de camino al aeropuerto. Sin embargo, la psique humana es muy fácil de impresionar y no se deja de sentir cierto susto. No está de más entonces que entre Estambul y Tokio los aviones eviten los espacios aéreos de Ucrania, Siria y Corea del Norte. 



10Y54

Viajar en el tiempo tiene su precio. Algunos días se refunden, las memorias no encuentran ancla, y no se sabe muy bien cuando pasó lo que pasó. El único remedio es seguir la numeración. 

martes, mayo 24, 2016

10Y53

Estambul. 



lunes, mayo 23, 2016

10Y52

En el avión vi The Reavenant, y casi me echa a perder la comida. Ya me había pasado antes con Mad Max. Creo que las aerolíneas deberían tener su propio sistema para clasificar películas, pensando en todo lo que uno hace y experimenta mientras vuela. Se me ocurren tres grupos: películas que pueden dañar la comida, películas no aptas para turbulencias, y películas que tal vez le hagan sentir pena si lo ven viéndolas. Deben haber otras clases. 

sábado, mayo 21, 2016

10Y51

La segunda crítica a la Cumbre Mundial Humanitaria del columnista de Foreign Policy sobre el que escribí ayer se me olvidó, y como esa revista tiene una estrategia agresiva de ventas que no permite leer más de una vez un artículo sin registrarse, no puedo revisar para acordarme. 


Así que queda la tercera, la que creo tiene una dosis de verdad: que la cumbre no se reúne a sellar un acuerdo concreto, si no que todo está por acordar. Los cuatro temas con los que se inició la discusión cambiaron múltiples veces a través de las consultas regionales, sin converger a ningún tipo de acuerdo. Cada reunión parecía renovar la agenda, y nadie supo lo que iba a sugerir el Secretario General hasta que salió el reporte en febrero. Compárese esto con el resultado de Sendai, que apenas varió lo pactado en Hyogo en 2005, concentrándose la atención en los compromisos y en los indicadores de progreso. Las consultas para la cumbre cubrieron el globo pero se quedaron el lo superficial. Seguí dos de las versiones de estas y participé en una reunión de expertos en Nueva York en junio del año pasado. Las virtuales fueron decepcionantes: muy pocas contribuciones, poca discusión y luego unas conclusiones de origen no muy claro. En Nueva York la cosa fue un poco mejor, en tanto ya había una preselección de recomendaciones de entre las cuales el público se decidió por las más importantes. Pero el impacto del ejercicio es incierto. 

Pero incluso en este sentido, la cumbre merece un poco de comprensión. Sendai es el resultado de un proceso que empezó al final de los ochentas, con un sólo donante dominante sin ninguna agenda escondida. En cambio, en la ayuda humanitaria convergen todo tipo de intereses, valores y motivos, aupados por el poder mediático de las crisis. La lucha por los presupuestos es fiera, y las presiones pro reforma incapaces de vencer la inercia del sistema — como ha sido el caso varias veces en el pasado. 

Lo mejor es relajarse y disfrutar. Entender la naturaleza del evento, el contexto y la escala temporal en la que se le encontrará significado: no en meses, ni en años, sino que tal vez en décadas.  Todos los mejores deseos para la gente en Estambul. 

viernes, mayo 20, 2016

10Y50

Hoy le daban duro a la Cumbre Mundial Humanitaria en Foreign Policy por tres razones, dos de las cuales me parece que no ameritan tanta severidad. 


La más injusta es la locación. Varios atentados terroristas en Turquía han de seguro disuadido a más de uno de participar. No es claro cuántos jefes de estado se harán presentes, pero es mejor no hacerse muchas ilusiones. El gobierno turco ha dado muestras de estar aprovechando su importancia estratégica para tomar medidas nonsanctas a nivel doméstico. El columnista de marras se pregunta si la cumbre no legitima la situación. 

Pero la locación del evento fue decidida hace 18 meses y para la organización esto no debe ser tan fácil de cambiar. Además, nada bueno se saca avergonzado al gobierno turco con un desplante de último minuto. El mundo humanitario en estos 25 años ha decidido que entre la corrección moral y el acceso a los más vulnerables, es mejor lo segundo. Y, bueno, la cuestión turca es bastante compleja. 

Mañana continúo. 

jueves, mayo 19, 2016

10Y49

Hoy, un geólogo de la Universidad de Tokio despotricó en Twitter sobre las predicciones del gobierno sobre futuros terremotos y, por andar metiéndome en donde no me llaman, quedé involucrado en una seguidilla de sus comentarios. 


Parece que el señor es famoso, porque recibió mucha atención, lo que se deba a su estilo indignadongo. Nunca antes había recibido tantos RTs. 

La verdad es que entiendo su punto y hasta lo comparto. La ciencia que tenemos a disposición no es suficiente para predecir terremotos, y los modelos probabilísticos quizá sólo sea un pajazo mental. El profesor dice que estos fenómenos no so cíclicos y eso me parece totalmente plausible. No tendrán frecuencia pero por lo menos si se repiten en el mismo lugar — no he leído lo que recomendó, pero esto último es innegable. 

Pero aún siendo así el asunto, la verdad no veo muy bien que profundas implicaciones pueda tener esto. Si la periodicidad de los sismos no es más un factor para dar prioridad a la preparación en ciertas áreas del país, otros factores pueden usarse y no creo que los planes cambien drásticamente. Ocurrencias en el pasado, densidad poblacional, concentración de actividades económicas, o cualquier otro factor: Tokio y la costa sur de la isla de Honshu recibirán atención antes que los demás. El resto habrá de arreglárselas como puedan hasta que ocurra lo que tiene que ocurrir, y entonces se aprovechará la tragedia para hacerse un poco más fuerte. 

Con todas sus imperfecciones, los pronósticos juegan dos papeles come dables: mantener la sociedad alerta y el presupuesto fluyendo a las facultades de geología. Creo que el profesor debería estar más agradecido. 

miércoles, mayo 18, 2016

10Y48

Hoy, en una presentación sobre cooperación internacional para la paz, el experto sugirió que todos los conflictos se pueden dividir en tres clases: los motivados por injusticias, los motivados por inequidades, y los que presentan una mezcla de los dos motivos. 


De la audiencia, alguien comentó que si bien el desarrollo puede tratar de subsanar las inequidades, ¿qué se puede hacer por la justicia?

El experto hizo un esfuerzo por sugerir alternativas, pero no parecía convencido. A mi parecer, en estos temas todas las simplificaciones son burdas. Los dos temas están entrelazados, y el contexto hace toda la diferencia. 

Pero si a lo que se refería era a los agravios históricos, tal vez me cuente entre los que creen, como mencioné el otro día, que lo mejor es olvidar. Y en eso el desarrollo ayuda y mucho, porque entretiene y ofrece la posibilidad de soñar un futuro más o menos como uno lo  quiere. El problema son las falsas expectativas, porque las frustraciones buscan culpables y ahí empieza la historia de nuevo. 

martes, mayo 17, 2016

10Y47

En marzo estuve en Etiopía en una conferencia sobre estudios humanitarios. Presenté dos de las investigaciones en las que estoy trabajando y aprendí un montón de toda la gente interesante que participó. Es la primera vez que me siento totalmente a gusto en una conferencia y espero poder seguir participando.

Aproveché la oportunidad para hacer entrevistas relacionadas con mi trabajo y la sequía que azota el país. Nunca deja de sorprenderme lo mucho que cambia la historia cuando se habla con los directos involucrados. Los detalles son siempre el nudo del asunto, y las ideas simples con las que uno llega a entrevistar, resultan siendo estupideces. Tiene mucha paciencia la gente en el terreno que acepta ser entrevistada — aunque, siendo objetivos, suelen hacerlo por presión o por que esperan algo a cambio. 

También hubo ocasión para los encuentros culturales. La comida no me cayó bien y me fue mal comprando regalos —se rompieron antes de llegar a casa. La música y el baile tradicional estuvo muy bien: es muy interesante todo lo que tomó el reggae dentro de su evolución Rastafari. 

Las noches de Addis Ababa son oscuras y el tráfico desordenado. Al parecer los accidentes abundan pero como dijo un taxista "hoy no". Por todos lados hay edificios en construcción, aunque no parecen estar activamente en obra, lo que hace pensar que la rusa es una importante fuente de trabajos. Pero el país sigue siendo principalmente de vocación agrícola. De ahí su vulnerabilidad a los fenómenos climáticos. 

Pedí que me llevaran a un centro comercial pero resultó ser un edificio más bien pequeño y sin mucho que ver. La librería que encontré tenía una decente selección de libros en inglés pero los precios eran elevados. La ciudad tiene la mayor cantidad de embajadas del continente, lo que debe afectar los precios de artículos lujosos, así como generar una economía paralela para gente como yo, que no tiene idea de dónde está parado. 

Siempre que visito otro país quedo con ganas de hacer investigación, pero en Etiopía es doblemente difícil: el idioma es distinto y existen montones de trabajos por la atención histórica que ha recibido. Pero, quien quita. 


lunes, mayo 16, 2016

10Y46

La maldición de los sonámbulos se cierne sobre el archipiélago. Todos los días, a distintas horas, el sistema de altavoces de la municipalidad lo anuncia. Tras los tonos habituales de los avisos institucionales, la voz pausada de una mujer mayor describe los detalles. Un adulto mayor de tales o cuales características, vestido de tal y cual manera se haya extraviado. Si lo ven, por favor avisar a los siguientes números. Toda ayuda es bien recibida. 


Con el envejecimiento de la población, los casos serán más y más frecuentes. El Alzheimer y la senilidad se tomarán las calles con esa apariencia de que aquí no ha pasado nada. Esperarán a que cambien lo semáforos, caminarán por horas hasta encontrar algún lugar común al que aferrarse. Tal vez haya gritos, furia contra la desazón que escapa su comprensión, pero será el menor de los males. Defecaran sus ropas, llamaran a las moscas. Las almas caritativas pronto se verán desbordadas y brigadas oficiales deberán ser creadas para restablecer el orden. La escasez de fondos dejada por el sistema pensional exigirá alternativas económicas, aunque no estén a la altura de la dignidad humana. Collares para la localización y vehículos sin conductor para la recolección y retorno de los sonámbulos a sus lechos serán la primera opción. El encierro definitivo en complejos estrechos con diferentes medios para disfrazar la miseria, el paso a seguir. Habrá el que sepa extraer energía para recargar baterías de todo el proceso y hacerlo así más ecológico. No por eso dejará de ser decadente y trágico, pero en eso consiste la maldición. 

domingo, mayo 15, 2016

10Y45

Hoy Twitter se comió todo el tiempo del blog. Se comió más que eso, de hecho. Si todo esos ratos los juntara, ¿a cuántos libros equivaldría? La cosa es que no sólo de pan vive el hombre. 

10Y44

En tanto aceptemos que lo importante es el futuro, hay cierto umbral después del cual las malas experiencias es mejor olvidarlas. O nos acaba la depresión o nos nublan las ansias de venganza. O ambas a la vez. Son tan fuertes los instintos que quedamos a su merced. No hay objetividad que valga.

¿Pero es tal cambio posible? No creo. Pero no se pierde nada en repetirlo cada vez que viene a cuento.

(Hace poco mencionaban algo parecido sobre el posconflicto en Sierra Leona, y como el recordar abre de nuevo las heridas)

viernes, mayo 13, 2016

10Y43

El otohime, quizá ya he hablado de él antes. Oto quiere decir sonido y hime princesa. Es un admináculo que se encuentra en los baños públicos, al alcance de la mano en cada uno de los inodoros. Su función: ocultar con todo tipo de sonidos, una cancioncita, el fluir del agua, lo que sea que pasa bajo el bizcocho. 


Con todo lo abiertos que son para hablar de sus excrecencias, parece extraño que se pongan con estas delicadezas. Pero siempre quedan los que no pueden relajar el intestino cuando se corre el riesgo de ser escuchado, o los que no soportan la manera en que la evacuación desgarra el silencio. Por consideración con ellos, es que se mantienen estos aparatos, sin importar que para el que lo escucha en la distancia es claro lo que está pasando. 

La alusión a la princesa coincide con el paradigma de pureza que se espera en todas las latitudes de la realeza. No sé si es una costumbre asiática, pero algo similar usaban los sultanes otomanos. Por lo menos en el baño del harém del palacio de Topkapi, en Estambul, hay una campana junto al inodoro que jugaba el mismo papel. 

Tal vez la diferencia resida en la renuncia de varias sociedades de Oriente a asociar la seguridad con las murallas. Mientras que de los herméticos baños occidentales nada escapa, en Oriente son los sonidos los que delatan al enemigo. El encerrarse es una oportunidad para fraguar revoluciones, o para traicionar una esposa con otra. 

Y, bueno, con tanta gente la privacidad se vuelve un lujo. 

jueves, mayo 12, 2016

10Y42

¿Qué es lo tan importante de acordar que ningún principio está por encima de la vida de las personas si las consecuencias de aplicar tal acuerdo resulta en la muerte de las mismas personas que se pretendía proteger?

Me parece que hay dos respuestas posibles: 

- Se puede argumentar que la existencia del acuerdo tiene un efecto disuasivo. Que saber que la soberanía no va a evitar que otros gobiernos intervengan hace que los posibles abusadores se abstengan de usar medios extrajudiciales. Este es un argumento que veo difícil de probar. 

- También se puede decir que hacer explícita la posibilidad de intervención internacional da pie a que se estudie en detalle el cómo hacer una intervención exitosa. Esto parece más verosímil pero, a su vez, me parece que centrar la atención en la herramienta y no en el problema es un error. La gran limitación de las soluciones jurídicas: hermosas  en el papel, decepcionantes en la práctica. 

En últimas, los acuerdos cumplen un papel educativo para los que no están directamente involucrados en lidiar con los problemas, que son la mayoría. 

miércoles, mayo 11, 2016

10Y41

Cada noche, el regreso del trabajo a la casa solía ser una práctica en mi estudio aficionado de la ciencia del comportamiento. Ubicarse dentro del vagón del metro en el lugar más estratégico para sentarse tan pronto como fuera posible era el reto. Son muchas las variables y pensar sobre cómo uno las valora de maneras diferentes era lo más interesante.

Lo primero es elegir el vagón. Hay 17 estaciones hasta el destino, y en cada una la posición de los vagones estacionados en relación de las salidas varía. Como la gente tiende a subirse al vagón más cercano a la salida de su destino, subirse al vagón de dónde se baja más gente con más frecuencia es lo mejor. Claro está que en invierno y en verano hay vagones que están menos aclimatizados, lo que puede cambiar el cálculo. 

Una vez en el vagón, hay consideraciones objetivas que pueden servir de guía. Por ejemplo, las sillas de los extremos tienden a ser las de mayor recambio porque son más apetecidas,  pero quedarse parado frente a ellas esperando es difícil si el tren va lleno. Al contrario, las sillas del medio requieren la resignación de los trayectos largos. Pero como me subo en la mitad del trayecto total de la línea, no es raro que los del medio estén por bajarse. 

Todo esto apunta a que la única alternativa es pronosticar quién se va a bajar primero por su apariencia. Esto es sin duda la parte jugosa del ejercicio. ¿Cómo saber? Empieza uno por asumir que los que duermen desparpajados no serán los primeros, pero estos suelen resucitar de improviso y bajarse a las carreras. Incluso me queda la duda de que los que tienen audífonos pongan una alarma que los despierte. Además, ya he visto a los que faltando una estación para bajarse se sumen en lo que parece un sueño profundo, como quemando los últimos cartuchos. 

Los que parecen ocupados leyendo o jugando no son menos traicioneros. Muchos intentan aprovechar hasta el último segundo antes de guardar sus aparatos y bajarse, así que no es fácil saber. Los peores son los que van ensimismados y miran a cada rato en que estación van, porque uno pensaría que ya casi, ya casi, pero no. Algunos de estos parecen mirar por acto reflejo porque no se han bajado cuando me llega el turno.

Como se mueve tanta gente, no es posible aprenderse las caras de los que se suben y bajan todos los días en cada estación. E imaginar que la apariencia o la pinta da pistas es mentirse para complacer el deseo de triunfar. Pero es inevitable armarse videos de quienes son los que se bajan aquí y allá.

Pero todo esto se acabó hace como un mes que ando empendejado escribiendo en el iPod. Y creo que aún así consigo asiento con la misma frecuencia. 

martes, mayo 10, 2016

10Y40

Hablando de cumbres y eventos semejantes, en marzo de 2015 se llevó a cabo la Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgos de Desastres. Representantes de todo el mundo se reunieron por tres días para discutir los avances en la acción contra distintos tipos de amenazas, para compartir experiencias y para actualizar la hoja de ruta a seguir. 


Dentro de las exhibiciones paralelas al evento, una de las cosas que me pareció curiosa fue la ostentosa presencia de la delegación ecuatoriana. Instalaron dos coloridos stands decorados con flores  que relucían entre los más parcos puestos de las otras delegaciones. Una hermosa y rubia señorita sonreía en uno de ellos mientras repartía memorias USB—si no recuerdo mal, en un vestido típico.  

No me aguanté las ganas y le pregunté por las razones de ese despliegue. No tenía idea de que el gobiernos ecuatoriano fuera tan entusiasta en el área de desastres. Al parecer a alguien le pareció que la conferencia era una oportunidad de impulsar la imagen del país como destino turístico, contestó en un igualmente hermoso acento español. Ella no tenía idea de gestión de riesgos, pero para eso estaba la USB. 

En estos días de tragedia, sin el menor cinismo, no estaría de más revisar que tanto de esa USB sirvió de algo después del terremoto. 


lunes, mayo 09, 2016

10Y39

Los Médicos Sin Fronteras decidieron no participar en la Cumbre Mundial Humanitaria. La dirección que está tomando el evento no es promisorio para lo que MSF considera prioritario en este momento, así que no había caso en legitimizar el evento con su presencia. A pesar de sus buenas intenciones y apoyo al proceso de 18 meses, hasta aquí llegaron.

En cierto sentido no sólo entiendo la posición de MSF, sino que la comparto. Ellos se han encargado como nadie más de mantener puro el espíritu humanitario, y su visión ctítica es indispensable, incluso cuando no es práctica. Además, su independencia es preciosa en tanto la objetividad en la respuesta a crisis humanitarias es una meta de la comunidad internacional. ¿Quién más habría de decir las cosas como son?

En cuanto a los bombardeos a hospitales, como escribí hace unos días, MSF tienen toda la razón en ser pesimistas. Ese es un problema que no se ve muy bien hacia dónde va y cómo podría ser solucionado. 

Sin embargo, MSF también critica el énfasis que se ha hecho en la conexión entre ayuda humanitaria y ayuda para el desarrollo, sobre lo cuál creo que se debe hilar más fino. Por más que quieran evitarlo, el colapso de los tipos de ayuda internacional en un continuo de múltiples actividades difíciles de clasificar es el futuro. 

Por un lado, los cambios que pide MSF, importantes como son, no son de fondo. Que dejen de bombardear hospitales en Siria o Yemen no va a cambiar la realidad de las adversidades que enfrentan esas sociedades. Otra conflictos que llevan décadas son prueba de esto.  Como me dijo personalmente el anterior Alto Comisionado para los Refugiados, el señor Barroso, para organizar humanitarios con humanitarios no se necesita una cumbre. Las soluciones duraderas necesitan del apoyo de todos. 

Por otro lado, la agenda clásica del desarrollo se va agotando, y el diez veces más grande mundo de las instituciones de ese mundo está bajo presión de involucrarse más profundamente en todo tipo de crisis. Con los avances en la redacción de la pobreza, cada vez es menos justificable la ayuda internacional gratuita, y para préstamos la banca comercial entre otros instrumentos, son más atractivos—alguien me decía hoy que el banco que sucedió a la CAF tiene una capacidad similar al BID. Sólo las crisis son efectivas en movilizar la simpatía global y, para más, los recodos de pobreza que quedan coinciden con los lugares más afectados por ellas.

MSF tiene razón cuando se preocupan sobre la falta de apoyo a las crisis menos atractivas, como el Ébola o la fiebre amarilla. Las organizaciones humanitarias que generan capacidades para trabajar en desarrollo se acostumbran a los mayores presupuestos y menos riesgos. Pero, no se puede ocultar que en últimas los que están en mejor posición de dar respuestas sostenibles a estos problemas en el mediano y largo plazo son las mismas sociedades afectadas. Y para que estas puedan hacerlo, es necesario la creación de capacidades que se logra a través del desarrollo.

Lo interesante es que en la práctica MSF entiende eso y se ha vuelto una organización pragmática. No tiene que asistir a cumbres para ayudar a transformar el sistema. 

domingo, mayo 08, 2016

10Y38

La jirafa en japonés no lleva el nombre occidental que debería, sino el de una criatura mística de la mitología china. Esto se debe a una estrategia de mercadeo. A fines del siglo 19 y comienzos del 20, cuando se crearon los primeros zoológicos en el país, era muy costoso traer animales del extranjero. Por la primera jirafa que trajeron al país, el zoológico de Ueno en Tokio pagó el equivalente a varios años de ingresos. Para justificar semejante gasto, las directivas decidieron vender la idea diciendo que iban a importar un kirin (qilin en el orignal), algo así como un unicornio. Los jefes aceptaron la compra, y así se quedó la jirafa. Ese año, la boletería fue suficiente para recuperar la inversión, pero al poco tiempo el animal murió por problemas de higiene. 

sábado, mayo 07, 2016

10Y37

Hubo una época en la que el señor M no pudo asistir al dojo por varios meses. Su esposa enfermó y él no podía apartarse de su lado por miedo a que una recaída le diera en su ausencia. Afligido, llamó al maestro a contarle lo que pasaba. Siento no poder ir a practicar pero debo cuidar a mi esposa, se lamentó. Cuidar a su esposa es parte del kendo, le contestó.

El señor M pensó entonces que le gustaría mucho llegar algún día a ser como aquel maestro. Lo cuenta con esa manera franca que tiene para decir las cosas, la cual los años han terminado de perfeccionar. El año pasado obtuvo el séptimo dan, que es lo más alto a lo que puede aspirar alguien que práctica el kendo como pasatiempo. Gracias a esto se puede sentar entre los maestros, aunque su estilo descomplicado y poco riguroso no parece bien visto por los instructores de oficio. O eso transpira el hecho de que no lo dejen enseñarme.

Aún así, de ida y vuelta al dojo, conversamos del kendo y de la vida, con lo que se ha ido tejiendo una relación de maestro-pupilo. El señor M comparte sus secretos y suena sincero al decir que a sus 71 años no tiene mucho sentido practicar sin la compañía de alguien al que se le ve crecer en su aprendizaje. La sabiduría que alguna vez soñó en exhibir no es un reservorio al que se llega a beber, sino un torrente de experiencias que clama por salir. ¿Habrá sido ese también el caso de aquel maestro? Por lo pronto, es un placer empaparse en este río. 

viernes, mayo 06, 2016

10Y36

En la cumbre humanitaria quieren reafirmar la precedencia de la ley internacional humanitaria. El motivo frontal es la seguidilla de bombardeos a hospitales en Siria, un crimen de guerra que en esta ocasión ha pasado de agache ante la mirada incrédula de lo Médicos Sin Fronteras (MSF). En el trasfondo también pesa el aumento de muertes entre los trabajadores humanitarios, aunque algunos ofrecen explicaciones estadísticas a este problema que vale la pena considerar.

El caso es que no está muy claro como se ha de lograr avances en este punto de la agenda.  Por un lado, los principales infractores en este momento son actores no estatales — es decir, terroristas y afines — los cuales no tienen incentivos para seguir la ley, pues de ningún modo van a beneficiarse de la legitimidad que esto supone.  En la Chatham House hace poco publicaron un reporte sobre este tema que quiere ser optimista, pero habrá que leer la letra menuda para ver cómo cuadriculan ese círculo. 

Cuando el reclamo se hace al estado afectado (el gobierno sirio, en este caso), la experiencia muestra que cualquier presión va a resultar en un mayor deterioro de la situación. Expulsión de equipos extranjeros y reducción del acceso humanitario son previsibles. La opción de un poder hegemónico dando un paso al frente y encargándose de todo ya se probó en toda su infructuosidad y quizá jamás vuelva a ponerse en práctica. Para mal o para bien, toca jugar con los locales. 

Los que quedan por presionar son los súper poderes, pero estos son los que hacen las reglas. Ya llevan muchos años comprometidos a respetar la ley, pero errores cometen todos, incluso se repiten, y de ninguna manera se van a dejar imputar una sanción —si acaso una reconvención a puerta cerrada.

¿De qué lado vendrá la presión que genere cambios para bien? Una respuesta si quiera posible parece lejana. 

jueves, mayo 05, 2016

10Y35

En algo más de dos semanas se celebrará en Estambul la primera Cumbre Mundial Humanitaria. Es el más reciente en una serie de eventos que serán el legado del saliente Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. La idea del evento es discutir sobre el futuro del gremio humanitario, el cual se ha venido consolidando y transformando en los últimos veinticinco años. La preparación ha tomado cerca de dos años en consultas al rededor del mundo física y virtualmente, donde un sin fin de actores ha tomado la palabra, aunque es posible que el cartel de mayor influencia (donantes-agencias de la UN) sean los que al final de cuentas limitan la agenda y la ponen o no en práctica.

La idea de la cumbre empezó con cuatro temas—efectividad, prevención del riesgo, innovación, y ayuda durante conflictos—los cuales fueron cambiando con las discusiones hasta quedar casi irreconocibles. Los temas incluidos en el informe del SG para la reunión son: liderazgo para prevenir conflictos, no dejar a nadie atrás, asegurar el cumplimiento de la ley humanitaria internacional, pasar de proveer ayuda a eliminar las necesidades, e invertir en la humanidad (más dinero). Si se usa como referencia el humanitarianismo tradicional del Comité de la Cruz Roja de prestar alivio a todas las partes afectadas por los conflictos armados, la agenda muestra que tanto ha cambiado el sector.

Lo más importante de este tipo de eventos es no tener muchas expectativas. El mundo es muy grande y complicado para que las cosas se resuelvan en un par de días en una reunión de alto nivel. Los cambios tienen lugar en otros espacios más reducidos, y toman mucho tiempo en consolidarse. Además, las prácticas existentes tienen una inercia propia que se debe encausar o extinguir para poder modificarlas. Los personajes detrás del asunto también son vitales para lograr cambios, pero no son de libre escogencia. La democracia también puede ser un obstáculo para las buenas intenciones. Lo más difícil de todo es que son muchas y diferentes los problemas detrás de la palabra "humanitario" que no se puede entender que se puedan sacar todas adelante.

Creo que este post no tiene mucho sentido sin mayor detalle, pero esto es todo por hoy. 

miércoles, mayo 04, 2016

10Y34

Una cosa que se aprende al practicar esgrima, occidental o japonesa, es que las armas y las armaduras nos sobreviven. Estas no tienen sentido sino durante la práctica o en el combate. En la casa sólo hacen estorbo. Cargarlas en el transporte público es engorroso. Incluso es mejor ni lavarlas.

En la universidad, todos usábamos los equipos del club de esgrima sin reparar en los sudores de cientos de estudiantes que por allí pasaron. Llegué a comprar mi propio uniforme, pero lo dejé en la liga distrital, en el Salitre, para que alguien le diera buen uso. Sólo me quedé con el guante, que aún cargo como recuerdo.

Ahora en el kendo, todo el equipo me lo han heredado. He recibido tanto que he decidido comprar un uniforme propio por pura vergüenza. Pero entiendo que el kendo de cierta manera vive en ese fluir de los equipos y el consentir a los novatos. Recibir y retribuir a su tiempo es parte de la pertenencia a la comunidad.

El sentido que tiene uno de la propiedad debería ser igual de fluido para muchas más cosas en la vida. No tenemos un auto ni nos interesa. Con rentar es suficiente. Tampoco me ilusiona poseer propiedades, sobre todo sin saber en donde o cuando vayamos a estabilizarnos. Los libros de ficción se leen una vez y luego es mejor pasarlos para que sigan conjurando emociones. Es mejor tener siempre la maleta medio vacía para todo lo por venir. 

martes, mayo 03, 2016

10Y33

H está enferma, así que hoy estuve el día entero encargado de los oficios y los niños. Creo que es la primera vez que lo hago. Terminé un poco cansado pero no creo que sea algo que no pueda manejar si me tocara hacerlo como ocupación principal. H es muy práctica y supongo que todas sus técnicas se pueden aprender y mejorar para que rinda el día y lograr en los huecos hacer otras cosas.

Tal vez lo que me quedaría más difícil sería no tener la oportunidad de proyectar la vida de una manera más activa en el largo plazo. El quehacer académico involucra estar cada día hilando información con un ojo puesto en lo que habrá de resultar en varios meses o años. Las recompensas inmediatas son casi inexistentes. Esto, a su vez, hace que la investigación se sienta un poco vacía durante buena parte del tiempo, lo que se refleja en depresión y desesperanza. Por eso es que me hace falta tener al lado alguien que trabaje en el ahora y que se encargue del presente.

La pregunta del millón es si esta es sólo una excusa para mantener el régimen tradicional del hombre en el trabajo y la mujer en la casa. Quiero creer que no. Creo que los papeles contrarios serían igualmente posibles y satisfactorios. De lo que no estoy tan seguro es de que valgan la pena los sacrificios que implica sacar adelante las carreras de ambos padres a la vez que se maneja el hogar. Pero hay muchos que lo hacen y los admiro en ello. 

lunes, mayo 02, 2016

10Y32

Como ya es evidente, tengo una debilidad por la filosofía, y la ética en particular. Es una cosa que me viene desde la niñez, pero que nunca exploré de una manera profesional hasta que empecé el doctorado. Desde siempre, leer filosofía me produce un placer mental que no se explicar.

Por esto sigo con atención y curiosidad las reseñas sobre libros en esta área que publica en línea la facultad de filosofía de la Universidad de Notre Dame, en los Estados Unidos. El espectro de sub-áreas que cubren es amplio y los textos suelen ser amigables para con los empíricos — por ponerlo de algún modo. Es un recurso que recomiendo a todo el que tenga interés en el tema. 

No obstante, recientemente, hay algo que me ha empezado a inquietar. La reseña sigue un canon que puede empezar a volverse fastidioso con el tiempo. Se empieza loando la empresa de la obra, se describe su estructura y se resumen los principales argumentos. Entonces el reseñista arremete contra las debilidades del libro y especula sobre la validez de por lo menos uno de sus pilares. El cierre vuelve a la adulación, pero con un tono que parece devolver la obra a sus humanas proporciones. 

Lo que encuentro molesto, o al menos difícil de lograr sin sonar arrogante, es una crítica que no suene a erudición gratuita, o a algún tipo de retaliación académica. ¿No existirán libros a los que pueda uno entregarse sin prevenciones? ¿Puede serse más condescendiente con los problemas que se ven, reconociendo que puede incluso ser un error del que reseña? En últimas, uno termina eligiendo los libros por una corazonada. 

10Y31

Es paradójico que ahora que somos tantos habitando la tierra, suframos tanto por cada pérdida humana. Cuando éramos muchos menos, siglos atrás, estaban más acostumbrados a enterrar sus muertos más seguido, y preparados para irse en cualquier momento. La precariedad de la vida cuanto más intensa era más llevadera. 


Se me ocurren varias posibles explicaciones, y creo que no es sólo una. Pero tal vez la razón más fuerte es el reducido tamaño de nuestras familias. La nueva densidad de la humanidad no es la de las pestes. Ha sido lograda con gran esfuerzo dándo la oportunidad de un nido a cada quien. Es así que la muerte de cada persona es una tragedia enorme, pues se pierde todo como individuos, así sea irrelevante para la sociedad. El lazo mamífero es muy fuerte. 

domingo, mayo 01, 2016

10Y30

Uno de los aprendizajes más importantes pero difíciles de nuestros días es como manejar a los troles. Es gracioso verlos torear a otros, mas cuando es con uno, o sobre un tema donde uno tiene opiniones bien formadas, resistirse a la tentación de un argumento que no irá a ningún lado no es fácil. Respirar hondo y seguir en lo de uno.