lunes, mayo 02, 2016

10Y32

Como ya es evidente, tengo una debilidad por la filosofía, y la ética en particular. Es una cosa que me viene desde la niñez, pero que nunca exploré de una manera profesional hasta que empecé el doctorado. Desde siempre, leer filosofía me produce un placer mental que no se explicar.

Por esto sigo con atención y curiosidad las reseñas sobre libros en esta área que publica en línea la facultad de filosofía de la Universidad de Notre Dame, en los Estados Unidos. El espectro de sub-áreas que cubren es amplio y los textos suelen ser amigables para con los empíricos — por ponerlo de algún modo. Es un recurso que recomiendo a todo el que tenga interés en el tema. 

No obstante, recientemente, hay algo que me ha empezado a inquietar. La reseña sigue un canon que puede empezar a volverse fastidioso con el tiempo. Se empieza loando la empresa de la obra, se describe su estructura y se resumen los principales argumentos. Entonces el reseñista arremete contra las debilidades del libro y especula sobre la validez de por lo menos uno de sus pilares. El cierre vuelve a la adulación, pero con un tono que parece devolver la obra a sus humanas proporciones. 

Lo que encuentro molesto, o al menos difícil de lograr sin sonar arrogante, es una crítica que no suene a erudición gratuita, o a algún tipo de retaliación académica. ¿No existirán libros a los que pueda uno entregarse sin prevenciones? ¿Puede serse más condescendiente con los problemas que se ven, reconociendo que puede incluso ser un error del que reseña? En últimas, uno termina eligiendo los libros por una corazonada. 

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