domingo, junio 22, 2008

epÍtome

Jikundo Rock & Roll

Me permito abusar de la banalidad de este espacio para hacer una presentación pop-up de lo que ha sido tal vez la experiencia más catártica jamás en Japón. Les presento, pues, a los Blue III.


Blue I: Kenta

Blue II: Gizu

Blue III: Baby Sasaki

Llegas una noche a un bar, con pocas ganas, más por el compromiso que hiciste con un amigo que por otra cosa. Entras y la música está demasiado suave y monótona. "Toca una banda" recuerdas, y no sabes si vas a aguantarte ese ambiente las dos horas que pensabas pasar allí.

Kenta saluda y Gizu arremete

Un whisky. Saludas a un par de gente. Algo en el lugar no te deja tranquilo. Ya es verano y más piernas se pasean sin tapujos. Pero no es eso. Un japonés te dice que tu nueva compañera de laboratorio está buena y que le va a caer, comentario que nunca habrías esperado escuchar de un lugareño que apenas conoces. Pero esto tampoco es. Dos hombres de traje, altos y cuadrados, con cabelleras negras, engominadas, cayendo rectas hasta el mentón, de rasgos indios o pakistaníes o bangladesis, se acomodan en la barra. Invitan tragos y manosean mujeres. Intimidan con sus ojos profundos, el grosor de sus billeteras y quien sabe que más. Tal vez esto sí tenga que ver con tu nerviosismo, pero no estás seguro. Otro whisky.

Baby Sasaki en un acorde-barrida

Viene el dueño, te saluda, y entre frases convencionales te comenta que la que toca es una banda performance homenaje a Bruce Lee. Eso era. Hay en el sitio un ambiente de arte. De arte marcial.

Baby Sasaki anima y amedrenta con sus chacos

Toman sus instrumentos, se agarran a tocar un rock & roll furibundo y la gente se agita y los vitorea. El sentimiento de que algo puede salir violentamente mal no te abandona, pero eso sólo te llena de más euforia.

Baby Sasaki, en una muestra última de destreza, ataca un solo de guitarra y chacos

Hay un movimiento extraño en la barra. Algunas mujeres gritan, no sabes si de gozo o aterrorizadas. El resto, hipnotizados por la música, no parecen dar cuenta del movimiento. Sabes que en estas circunstancias no se escucharía las katanas desenfundarse o a los 88 locos tomar posiciones. Si ya están aquí poco habría por hacer, igual.

Baby Sasaki se apresta a asestar su patada definitiva

Entonces Baby Sasaki, como si hubiese estado siempre al tanto de la situación y esperase el momento justo para actuar, suelta la guitarra, saca sus chacos y empieza una kata perfecta. Conmoción. El público aulla frenético. Él prosigue poseído y luego la emprende contra su guitarra. Uno a uno, los otros azules, Kenta y Gizu, se le unen, cada uno con su estilo característico. Luego vuelven a sus posiciones y Baby Sasaki cierra con una patada voladora. Magistral.


Los azules son aclamados por una turbamulta que ignora de lo que se ha salvado

Cuando miras de nuevo, la barra es un remanso de camaradería. Los tipos rudos sigue allí, pero en sus caras hay algo de sumisión. Les han hecho saber quien manda. La banda deja el recinto entre muestras de afecto y el eco de las copas rebotando unas contra otras. Los sigues como por inercia, con ese ingenuo anhelo de que se te quede algo de tu super héroe. Igual, ya no tiene sentido permanecer en aquel bar.

Blue III y el hombre del dinero

En el minúsculo camerino no se ven tan imponentes. Su magia vuelve a ese rincón de su cuerpo donde espera para cuando regresen los problemas. Una última foto con tu cámara averiada por todo el barullo. De todas maneras, fuera del escenario, no hay otra cosa más que pueda mediar entre ustedes.

Sigan propinando justicia, poderosos herederos rockeros del arte marcial contemporáneo.

panÓptiko

miércoles, junio 18, 2008

La Paradoja Grandilocuente

Piojosos pop en dos lenguas (Artealo)
Mediateca de Sendai

Máxima del día:

No se puede decir "grandilocuente" sin sonar grandilocuente.

panÓptiko retÓrico

miércoles, junio 11, 2008

El Dilema de la Creciente


El Código Orozco


En lo que parece perfilarse como una nueva sección del blog, ayer me vinieron con otro dilema que querría compartir con ustedes.

Va usted en su carro y se arranca un aguacero terrible, de esos que apenas le permiten distinguir las siluetas a dos metros alrededor. Entonces, al pasar por un paradero de bus, se da cuenta que tres personas esperan en medio del temporal. Limpia el vidrio con un trapo limpio - de lo contrario podría impregnarlo de grasa corporal que dificultaría limpiados posteriores - y se lleva una sorpresa: la primera persona es una ancianita que a todas luces se ve que está bastante enferma, la segunda es ese alguien que usted más quiere, por la que se desespera y hasta pierde la cabeza, y la última es un doctor que usted conoce de hace tiempo pues, después de un incidente que no es menester comentar acá pero que probablemente tenga que ver con armas, licor y prostitución, le salvó la vida.

El dilema reside en que usted, ya porque tenga un deportivo, ya porque lleve evidencia incriminatoria en la parte de atrás, sólo puede llevar a una persona. ¿A quién llevaría?
Mi respuesta después de los siguientes comerciales.

Peatones se apiadan de un OTNI (Objeto Tierno No Identificado) en alto grado de embriaguez

OTNI suplica no ser golpeado usando sus maléficos poderes de persuasión

OTNI se relame después de haber devorado un aficionado dormido
(Evidencia judicial)

La respuesta es obvia: yo aceleré y llegué a casa a escribir este post.

Viendo llover,

panÓptiko

viernes, junio 06, 2008

Economista del Desarrollo: ¿El último bastión de la era de los expertos?

El experto, del otro lado del escritorio

En el anterior post hice una referencia somera a los expertos, en cuanto a su papel dentro de la nueva edad media. Debo aclarar en este momento que la característica a la que quería hacer referencia, más que a su existencia, es a su crisis - bueno, en cierta medida un implica a la otra, en cuanto una crisis es un movimiento en la identidad. El experto es aquel que sabe, al que le hacemos caso, y por lo tanto quien tiene cierto poder sobre nosotros. No debe ser confundido con la autoridad, el presidente o el sacerdote o el juez, aquellos cuyo poder no reside en su nivel de conocimiento sobre la realidad sino en la simpatía popular, en lo normativo o en el dogma. Podría decirse que los expertos son aquellos que no tienen refugio seguro en la retórica. Al médico se le mueren los pacientes, al ingeniero se le caen los puentes, mientras que Dios no falla, lo de los jueces es fallar, y todo lo demás pasa a las espaldas del presidente.

Pero obsérvese ahora que una de las transformaciones que sacaron a occidente de la primera edad media fue precisamente la mano que los expertos le brindaron a las arbitrariedades de las autoridades. Los eclipses no fueron más razón de paganismo, las enfermedades señal del mal, las hambrunas cedieron y así se mantenía la cabeza sobre el cuello de los monarcas, los juicios sofisticaron sus pruebas y estilizaron sus castigos. Los expertos ayudaron a mover la percepción de las autoridades del vasallaje y el látigo, a la de un mal necesario; es decir, del príncipe al gobernante. Por consecuente, una crisis entre los expertos no podría traer otra consecuencia que una nueva edad media. Hoy quería presentarles algunos ejemplos de uno de los bastiones más importantes de esta crisis, por todo lo que él representa; este es el economista del desarrollo.

En ocasión de la publicación del reporte de la Comisión del Crecimiento, auspiciada por el Banco Mundial, el economista William Easterly, ex-funcionario del mismo, tituló su columna en el Financial Times: "Confíe en los expertos en desarrollo - en los 7 billones de ellos". Con tal ironía pretende el profesor de la Universidad de Nueva York despachar una estirpe de insignes figuras de nuestra época. Las críticas del profesor se centran en los 4 millones de dólares - sin contar conferencias, seminarios, talleres, etc. - empleados para lograr conclusiones como que: "Es difícil saber cómo una economía responderá a una política, y la respuesta correcta en este momento puede que no se aplique al futuro". En otras palabras, no sabemos pero ahí vamos.

Para hacer justicia al reporte, otros economistas de gran renombre como Martin Wolfe del mismo diario, o Dani Rodrik de Harvard, hacen contrapeso y señalan puntos valiosos en el reporte, especialmente en cuanto a cosas que salieron bien y cosas que salieron mal, pero reconociendo en el fondo algo en el fondo del argumento de Easterly: la importancia del contexto a la hora de tomar cualquier decisión. De hecho, Rodrik lo desarrolla un poco más este punto en artículo que titula la nueva economía del desarrollo. Los elementos del paradigma naciente son, además del contexto, el pragmatismo, soportado en la experimentación, echando mano a herramientas sofisticadas de diagnóstico y evaluación - léase, ensayo y error. ¿No estarán diciendo lo mismo ambos bandos? ¿Uno que los que dan recetas no sirven, y otro que los que vienen si van a saber como es que es?

Por otro lado, Alejandro Gaviria ya había señalado hace unas semanas la caída en desgracia de las entidades multilaterales para el desarrollo. A nivel mundial la cruzada más reconocida en pro del desarrollo la lleva Bono, mientras en el nivel regional Juanes, Shakira y Alejandro Saenz, entre otros, toman la vocería y salen en las fotos. ¿Traerán ellos el milagro para salir de la pobreza? Seguramente no. El punto de Alejandro es que tales milagros no existen, pero la gente los sigue esperando, así que hace falta alguien que consuele sus esperanzas. Un poco de marketing y un poco de tiempo para el procesos lento e incierto de reformarse o desaparecer.

Si damos una mirada transversal, la crisis toca las instituciones, las metodologías, incluso la epistemología - porque, acaso ¿qué es conocer el contexto sino mirar las cosas con otros ojos? - y termina materializándose en el cuerpo de los economistas. Pero, ¿cuál es el papel de estas personas, en últimas? Mas allá de la respuesta obvia, habría que observar que fue gracias al manejo del flujo de recursos entre ciudades, con el mercantilismo y los fisiócratas, en el desarrollo de la estadística y su análisis, gracias al establecimiento del mercado en sus diferentes escalas, como fue posible dar el tránsito a la modernidad. Los economistas trajeron una promesa de seguridad diferente del ojo de dios y la disciplina, que implicaba una transformación del entorno, aquel en el que hemos vivido.

Mas, ahora, de repente, cuando se caen los consensos, agonizan las instituciones que les decían que hacer, y los maestros dicen que no estaba del todo correcto lo que les enseñaron, el vestido del emperador pierde un poco su sex appeal. Diagnóstico, evaluación, experimental, contexto, pragmático, todos estos términos señalan en una sola dirección: los expertos no tenían ni idea de lo que en estaba sucediendo.Tal vez nunca lo supieron, pero ahora es más que evidente.

Perdonarán que hayan tantos elementos por ahí sueltos, que espero ir revisando con el paso de los posts. Sólo querría arriesgarme a comentar algo sobre el objeto específico de hoy. Entonces ¿quién si no el economista del desarrollo? Más allá de la respuesta natural, la encarnada por Bono, la que caracteriza esta nueva edad media, es bueno señalar que si llevamos la urgencia del pragmatismo y el contexto al extremo, la única esperanza está en formar una nueva generación de economistas, el economista latinoamericano, el economista colombiano, el economista bogotano, el economista caribeño, pacífico, andino, llanero, amazónico, tropical, en fin, el que se necesite.

Curiosa su inexistencia, ¿no creen?

Así es la edad media,

panÓptiko


martes, junio 03, 2008

Ciencias de Frontera: esperanza de la humanidad?

Ramen hecho de nanotubos de carbono (1/10000 de pulgada)
Tecnología de punta al servicio de la humanidad
(tomado de acá)

Una parte primordial de la nueva edad media, como habrán podido vislumbrar en el primer post de la nueva etapa de este espacio, es el papel de la ciencia en la vida cotidiana. Para ponerle carne al asunto, sería más apropiado referirnos a los "expertos" y la manera como transforman la realidad con sus investigaciones y las apreciaciones nacidas de su trabajo. Quiénes son? Qué son?Dónde están? Por qué dicen lo que dicen? En dónde radica su autoridad? Que consecuencias tienen sus opiniones?

Por ahora, deleitémonos con las posibilidades abiertas por la nano-tecnología, y este proyecto desarrollado en la Universidad de Tokyo para un concurso de microfotografía, según el artículo.

"Creemos que es el tazón de ramen más pequeño del mundo, con la porción más pequeña de fideos dentro, aunque no son comestibles" dijo el profesor a cargo.

La crisis mundial de alimentos espera por ustedes!

Perseveren!

panÓptiko

domingo, junio 01, 2008

Instrucciones para aplicar gotas


Gracias a Patrick Macias