miércoles, mayo 18, 2016

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Hoy, en una presentación sobre cooperación internacional para la paz, el experto sugirió que todos los conflictos se pueden dividir en tres clases: los motivados por injusticias, los motivados por inequidades, y los que presentan una mezcla de los dos motivos. 


De la audiencia, alguien comentó que si bien el desarrollo puede tratar de subsanar las inequidades, ¿qué se puede hacer por la justicia?

El experto hizo un esfuerzo por sugerir alternativas, pero no parecía convencido. A mi parecer, en estos temas todas las simplificaciones son burdas. Los dos temas están entrelazados, y el contexto hace toda la diferencia. 

Pero si a lo que se refería era a los agravios históricos, tal vez me cuente entre los que creen, como mencioné el otro día, que lo mejor es olvidar. Y en eso el desarrollo ayuda y mucho, porque entretiene y ofrece la posibilidad de soñar un futuro más o menos como uno lo  quiere. El problema son las falsas expectativas, porque las frustraciones buscan culpables y ahí empieza la historia de nuevo. 

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