domingo, junio 28, 2009

Transformers: Del oficio de los ejércitos

Modo Influenza (Tomado de la BBC)

Para aquellos que vieron o van a ver la segunda producción de los Transformers, dos reflexiones para mientras se les pasa el hastío de los pechos de la protagonista, y digieren las complicadas anatomías decepticonas:

+ De alguna manera me chocó que el burócrata aburrido que desconfía de los Autobots le preguntase a Optimus si, en caso de demostrarse que ellos son los que atraen las amenazas al planeta, estarían dispuestos a dejar el planeta. ¿De cuándo acá tienen estos jurisdicción global? ¿No podríamos recibir a los Autobots en el país? Seguro que estarían ocupados por un buen tiempo.

Sin embargo, el chiste tiene algo de cierto: las amenazas que caracterizan el nuevo milenio parecen tener un poder totalizante, uno que no respeta fronteras, y que requieren ser tratadas como si fueran problemas internos - internos al planeta. Mas, ¿quién ha de encargarse de las decisiones internas del mundo? Para el director de los Transformers la respuesta es un manejo central desde los EU. En el caso de la gripa A, el comando central viene de un organismo técnico multilateral llamado Organización Mundial de la Salud. Los expertos del mundo financiero parecen haberse decidido por sistemas regulatorios propios de cada país para solucionar la crisis; esto es, múltiples soluciones descentralizadas. En todas ellas se encuentran alternativas para enfrentar las amenazas del futuro, y cualquier análisis a estas soluciones debe indagar sobre las tensiones al sistema de soberanías geopolíticas que tenemos - y, tal vez, sopesarlo con otras formas de soberanía posibles.

+ El segundo aspecto que me llamó la atención de la película fue su majestuosidad marcial, repleta de toda clase de aditamentos tecnológicos y soldados musculosos. Se pregunta uno si así son los despliegues militares desarrollados en Iraq - aunque de seguro Afganistán no es tan así. Pero rápido se acaban los ejemplos y, en últimas, termina uno con la sensación de que el futuro del ejército es este acto circense de impresionarnos con unos poderes que nos son del todo inútiles.

Algunos reprocharan que esta turba belicosa cumple el papel de disuadir posibles agresiones futuras. Pero, como dijo Obama al reformar los proyectos de desarrollo de armas del Departamento de Defensa, lo importante deberían ser los conflictos de hoy y no los de mañana.

Esperemos pues, con unas buenas crispetas de caramelo, que en el futuro el ejército no sea más que una manera de entrar a Hollywood.

OAGS

P.D. Perdón por la ausencia - andaba en una conferencia en la Universidad de Oslo. Luego les doy detalles.

miércoles, junio 10, 2009

Soldados del futuro

El cambio en la naturaleza de los conflictos

Caricatura de Kal, Mayo 7, 2009 - El Economist

Hace unos años, un querido profesor nos dijo en clase algo así como : "un soldado es un violador en potencia", y, después de un silencio - el que también quiero que se tomen para pensar en la afirmación- pasó a analizar la vida de estos personajes. La misión del soldado es defender la patria, y por ello está listo a entregar la vida en cualquier momento. Esta es una labor muy loable, de esto no cabe duda. Pero como cualquier momento puede ser mañana, el soldado vive cada día como si fuese el último. Es así que las mujeres, desde siempre, han sido un botín de la batalla, una recompensa para la tropa. Tanto, que debido a su notable incidencia en los recientes conflictos en Sudán y la República Democrática del Congo, el Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró la violación un arma de guerra y una amenaza a la seguridad internacional - en esta nota de la BBC se menciona también a Yugoslavia, Rwanda y Liberia, pero en otras semejantes aparecen Colombia, Vietnam, y de ahí para atrás.

Por otra parte, el soldado es entrenado para matar, y en ello se distancia en buena medida de la normalidad de sus protegidos. No es sólo el acceso permanente a las armas de fuego - herramienta que pone a la mano de cualquiera la aniquilación del semejante - sino también su entrenamiento, la manera en que aprende a ver y a reaccionar al entorno. El soldado repite hasta el cansancio rutinas de combate cuerpo a cuerpo en las que simula la muerte del contrario, de manera que cuando llegue la hora de la verdad actúe por reflejo, que mate sin pensar. Al soldado se le somete a varias series de simulacros, como ha analizado James Der Derian del Watson Institute, de manera que se trivializa la muerte del enemigo, se hace casi un juego. Por todo esto, el soldado puede tener problemas viviendo de nuevo entre los simples mortales, con sus problemas banales, en su burbuja lejana a los horrores de la guerra.

Para cumplir su misión, el soldado es entrenado para resistir condiciones extremas, frío, calor, humedad, alimañas, poca comida, poco sueño. Una pesada carga psicológica debe soportar el soldado. Prueba de ello son los suicidios en las fuerzas armadas, como apareció esta semana en El Tiempo. Las condiciones más crueles curten la psique del soldado y, una vez este vuelve a ser uno más en la sociedad, le llenará de coraje encontrarse con las niñerías que atormentan a los malcriados hijos de papi. Lo paradójico del asunto, es que la vida ridícula de las clases acomodadas es posible sólo gracias a la vocación del soldado. El soldado no está dispuesto a perder la batalla, pero tampoco está preparado para ganarla.

Se puede partir de esta paradoja para cuestionar el futuro de las instituciones que nos protegieron victoriosamente en el pasado - me refiero acá a la generalidad mundial, aunque esto sea un pasado reciente, o un pasado próximo, en el caso de Colombia. En ello es diciente la noticia de la sentencia de la Alta Corte británica respecto al caso del soldado Jason Smith, aparecida el 23 de mayo en la revista The Economist. Smith murió insolado en Iraq durante el 2003, debido a un fallo en seguir los "procedimentos apropiados" para la situación. La madre del soldado no se contentó con esta explicación y llevó el caso a la máxima instancia, que decretó que a los soldados se les deben protejer los derecho humanos, tanto en las bases como cuando patrullan o van a la batalla.

La preocupación del ejército, presentado por el diario inglés, es muy ilustrativa sobre la carga soportada por las tropas. Primero, hace dudar a los comandantes en el momento de emprender misiones muy riesgosas - parece que los Rambos del mundo real van a la fuerza. Los comandantes también tendrán que pensarsela antes de enviar soldados sin el equipo adecuado, lo que significaría exposición innecesaria. La sentencia también implica que todos los procesos que investigan las bajas de los ejércitos deben ser transparentes a la ciudadanía, y no excusarse en aquello de la "seguridad nacional". Todo esto, un proceso de devolverle la humanidad al soldado.

Con nada de esto pretendo empañar el papel importantísimo de los soldados en el contexto nacional. Antes al contrario, como irónicamente comenta otro diario inglés, se trata de dar a los soldados una protección que ya se les da a los criminales. Puede que suene un poco inconsecuente ante la coyuntura actual de los llamados "falsos positivos", pero pocos se detienen a pensar sobre las características internas del ejercicio militar que los hacen capaces de tales atrocidades. Una componente primordial de la seguridad humana depende de como las instituciones que nos defienden de las amenazas que queremos queden en el ayer, hagan este ayer posible .

OAGS

P.D. Tal vez no era esta la manera como me imaginaba que iba a empezar la historia de la seguridad humana, pero ante la coyuntura noticiosa, lo mejor era aprovechar (sobre el mismo rema se quedan muchos elementos por el camino, como los inmigrantes en los ejércitos, entre tantos otros cambios en el aparato tradicional de seguridad - otra vez será). Incluso, si se las quiere dar uno de académico, hasta podría decir que a la mejor manera de Derrida - al que no he leído - lo primero es deconstruir el concepto de seguridad, para luego reconstruirlo.

jueves, junio 04, 2009

Pareja de pingüinos homosexuales adoptó un pollito

Se que había dicho me iba a concentrar en mis escritos académicos, pero hay noticias que no se pueden dejar pasar. Gracias, Daniel. Claro está que la nota necesita aclaraciones:

+ Los pingüinos adoptaron un polluelo, que no es lo mismo que un pollito.

+ No se nos explica nunca en que consiste la homosexualidad de los pingüinos. Menos, su impacto social.

+ Los pingüinos son ovíparos, así que la intensidad de su sexualidad es bastante reducida - quiero decir, todo esto de las caricias y la leche materna. Los padres los vomitan y los apachurran.

Me pregunto que querían con esta nota...

Supongo que los leyeran. Y lo lograron.

martes, junio 02, 2009

La fábula de las muchas liebres

Hace unos meses que la historia de las liebres me ronda la cabeza. Es una fábula que parece existir en múltiples culturas, tal vez con diferentes criaturas, pero todas en el mismo sentido. Se trata de un cazador que se va al bosque y, mientras merodea en los matorrales, ve dos liebres saltar en desbandada. El hombre apunta de un lado a otro, indeciso. Ambas se ven apetitosas. Se le hace agua la boca. ¡Las quiere a ambas! Intenta dos tiros, pero ninguno atina. La moraleja es que por ir detrás de dos cosas, se quedó sin ninguna.

Seguro todos hemos tenido esta experiencia. Pero, ¿es acaso esto evitable? La vida está tan llena de opciones que a veces cuesta decidirse por sólo una de ellas. Si ya era difícil para los cazadores que apenas nacían, crecían, cazaban (o fallaban), se reproducían y morían, ¿qué tanto lo será para las personas del siglo veintiuno que pueden vivir varias vidas?

Es cierto que sólo podemos hacer una cosa a la vez. No sólo nosotros, también los procesadores de un computador. Pero si cambiamos la escala de tiempo, y miramos los resultados de un periodo de digamos, un año, son varios los objetivos que se logran. De hecho, recuerdo haber leído que cuando a cierto escritor le preguntaron si era polígamo, el respondió: ¿sincrónica o diacrónicamente? Parece, entonces, que la fábula sufre de miopía inmediatista, y que atrapar a las dos liebres es cuestión de paciencia y estrategia.

¿Pero si lo que quiere el cazador es una liebre y una novia? Existe la posibilidad que que cuando salgan corriendo del matorral le dispare a la criatura equivocada. Esto causará intenso dolor al cazador, y le llevará a tener sentimientos inciertos hacia su liebre.

En fin, quería decir que pienso cambiar la temática de este lugar. Tengo menos de dos años para entregar mi disertación y me preocupa que la pelea en varios frentes ponga en riesgo esa meta. Dos problemas con el idioma me atormentan: intentar escribir en buen inglés y aprender a argumentar de manera lógica, sólida y entendible. Pero cuando reviso mi trabajo, no estoy seguro si los problemas son de forma o de fondo. Así que desde hoy, voy a juntar en este espacio los argumentos que uso en mi doctorado...

Y de paso repaso mi español, escucho comentarios, conozco gente interesada en las mismas temáticas, y ensayo para algún día ser columnista de periódico.

Las liebres están por todos lados,

panÓptiko