miércoles, agosto 26, 2015

Comunismo (o algo así)

Frente al trabajo ha habido obras durante todo el año. Los vecinos capitalistas decidieron modernizar sus oficinas, construyendo edificios nuevos en dos de las manzanas aledañas. A pesar de la polvareda, la entrada al instituto está ganando algo de vida. 


Durante estos meses, el polvo no ha sido  el impacto más notorio. Encontrar lugar en la cafetería a la hora del almuerzo se volvió un problema, obligándonos a varios a comer un poco más temprano. Eso sí, el paisaje inusual de obreros es algo que por lo menos yo he disfrutado, y sobre el que no he escuchado queja alguna. Produce cierta alegría que, sin importar el tipo de trabajo que hagamos, todos podamos comer en el mismo sitio. 

Quizá es esto lo que más me chocó del viaje a Honduras en julio. A pesar dela gran diferencia de ingresos, los precios de la comida son muy similares a los de Japón. Aún así, los restaurantes siempre estaban llenos. ¿Por qué? 

Lo único que se me ocurre es que las remesas se malgastan en mantener unos patrones de consumo similares a los que existen en los lugares donde originan tales remesas. Algo similar se ve en Filipinas, tierra de centros comerciales. Me quedo entonces sin entender cual es la tal promesa de financiar el desarrollo a punta de remesas.