domingo, mayo 15, 2016

10Y44

En tanto aceptemos que lo importante es el futuro, hay cierto umbral después del cual las malas experiencias es mejor olvidarlas. O nos acaba la depresión o nos nublan las ansias de venganza. O ambas a la vez. Son tan fuertes los instintos que quedamos a su merced. No hay objetividad que valga.

¿Pero es tal cambio posible? No creo. Pero no se pierde nada en repetirlo cada vez que viene a cuento.

(Hace poco mencionaban algo parecido sobre el posconflicto en Sierra Leona, y como el recordar abre de nuevo las heridas)

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