sábado, abril 30, 2016

10Y29

Hoy fue el cumpleaños de un emperador ya muerto. El dolor estomacal no amaina. Mientras tanto, un ataque de gato cósmico. 



jueves, abril 28, 2016

10Y28

Mátelo para que no sufra. Es una reacción que compartimos los humanos cuando presenciamos el dolor ajeno, particularmente el de los animales. Pero cuando se trata de otro ser humano, esto no es tan fácil de decir. Tan valiosa es la vida que impera agotar los medios antes de tomar una medida drástica. De éste sentimiento es que nace el espíritu humanitario, la vocación por aliviar el peso de los que sufren.

O por lo menos así es en Occidente. ¿Es posible reaccionar de manera diferente? Para mi sorpresa, una pequeña pero significativa diferencia es visible en la sociedad japonesa. 

Después de los desastres de marzo de 2011, una avalancha de generosidad local ocupó los medios por meses, incluso años, pues incluso ahora se escuchan historias al respecto. Todo tipo de ayudas, en dinero o en especie, llegaron de todos los rincones del país hasta las zonas afectadas. Tan cálida fue la respuesta que resulta difícil dudar del espíritu caritativo japonés. 

Pero si se mira con cuidado, hay un elemento ausente en medio de tanta generosidad: en principio, los afectados no están pidiendo nada. La necesidad es fehaciente pero es preciso que el que la sufre no nos la restriegue en la cara. Las ganas de ayudar se originan no tanto en el peso de la tragedia, como en la manera en que se lleva. Hay cierta violencia en el sufrimiento cuando es usado para pedir ayuda. Como si tocara ser bueno a la fuerza. Casi como un robo, una extorsión.

Sin embargo, la lógica del humanitarianismo occidental funciona en base a la imagen del sufrimiento. Entre más dramático más atractivo. Es difícil entonces congeniar con esta forma de justificar la ayuda al prójimo. Mátelo para que no sufra.

Por otro lado, llegar a conocer los problemas de los demás hasta el punto de verificar que los que sufren no abusan de sus problemas sino que tratan de salir adelante a pesar de las circunstancias no es sencillo. Se necesita tiempo y dedicación mediática que por lo general no es posible lograr. De ahí que dar para el desarrollo sea más fácil. 

10Y27

Dolor de estómago se interpuso al diario. 


Un árbol ardiendo en frío a cambio. 


martes, abril 26, 2016

10Y26

Cuando despertó, el elefante seguía en el cuarto.


Bansky, 2006 

lunes, abril 25, 2016

10Y25

¿Qué es lo 'local'? En el contexto de la cooperación internacional esta es una pregunta de nunca acabar. Cada vez que se acerca uno a una respuesta, esta se desmorona. El gobierno nacional puede y puede no pasar por local. Esto puede cambiar con el nivel geográfico y con los actores que están presentes en el terreno. A su vez, los gobiernos no son una masa uniforme sino una colección de instituciones, edificios, personas disímiles, que según las circunstancias pueden dejar de representar lo que es importante de lo local. 


¿Y qué es lo importante de lo local? En principio, que refleje las condiciones locales en los planes, ejecución, monitoreo y evaluación de proyectos. Apropiación. Estar tan cerca como es posible de hacer las cosas bien y que si las cosas salen mal no se desbarajuste la sociedad. 

Lo local es entonces relativo al objetivo que se persigue. Es apostar a que las personas reunidas van a dar pie con bola. Algo que después de una crisis humanitaria es muy difícil de determinar pero que por eso mismo es un trabajo y nos hace merecedores de un sueldo. 

Trágico, aburrido y mundano. Así son las olas de lo cotidiano. 

domingo, abril 24, 2016

10Y24

El reto del desarrollo psico-económico es deshacerse de todos los prejuicios. Considerar espurias todas las correlaciones a las que la mente recurre: que si es mujer entonces x, que si es de tal color entonces y, que si nació en tal lado entonces z. Cualquier persona puede ser, hacer y lograr lo que quiera en una sociedad desarrollada. Las únicas taras son las mentales, las cuales son irremediables. 

sábado, abril 23, 2016

10Y23

La paternidad es un ejercicio de larga distancia. De poco sirve darlo todo al comienzo. Lo más duro siempre está por venir. 


La paternidad es ensayo y error del más doloroso. Del que llena de culpabilidad e impotencia. 

Pero es agradecida al día. Mantiene en pie. 

viernes, abril 22, 2016

10Y22

Esta semana Christopher Blattman, el popular científico político y bloguero, escribió una inusual entrada sobre lo que fue tal vez su primer voto. Canadiense de nacimiento, la experiencia dio pie para rememorar su vida como inmigrante, la decisión de tomar la nacionalidad y participar en el proceso electoral estadounidense.

Son varias las razones por las que el escrito es interesante. Es una sorpresa que la diferencia entre esas dos sociedades sea tan grande. La evolución de la asimilación que describe resuena con la experiencia de los migrantes de alto nivel, sobretodo en lo que respecta al proceso de escapar la trampa del ghetto y hacer más amistades locales que extranjeras. 

Sin embargo, lo que más me causa curiosidad es que sea el voto el momento catártico para esta remembranza. Blattman trabaja en temas de conflicto armado y no es ajeno a las críticas al modelo liberal de la paz, basado en procesos que conducen a elecciones y con ellas a una supuesta estabilidad. No se que piensa él sobre el tema, pero después de leerlo me quedé preguntándome si hay una componente psicológica de este modelo que lo hace preferible. Claro que el escrito también puede ser visto como el reflejo de un rasgo cultural, común a las dos sociedades en cuestión, pero me pareció que el tono personal iba más allá. Dado lo importante que es la psique compartida en el pos conflicto, me pregunto si se le ha dado suficiente atención al asunto. 

En mi trabajo sobre extranjeros y desastres, una pregunta similar que he intentado contestar es porqué los migrantes no se sienten protegidos por el gobierno del país que habitan. No hay una respuesta simple porque muchos factores confluyen durante las emergencias. La facilidad de recibir información puede tener algo que ver, pero no estoy seguro. El círculo de amistades que Blattman describe es sin duda importante, sobretodo si se tiene en cuenta que la mayor presión que reciben los migrantes es la de sus familiares. Pero creo que en el fondo hay un gran pesimismo hacia la posibilidad de considerarse a sí mismo — y que los demás lo consideren a uno — japonés. 

Es debido aclarar que el método de estudio es imperfecto, porque al buscar extranjeros se encuentran primordialmente a las personas que tienden a mantener su identidad de migrantes. Es posible que esa criatura mitológica que es el extranjero totalmente asimilado se mueva entre nosotros sin ser detectado. 

jueves, abril 21, 2016

10Y21

Con los años concluí que la verdad es que no hay nada que ver debajo de una falda. Si de misterios se trata, el pantalón masculino tiene mucho más que ofrecer. En eso los griegos la tenían clara.

Muy a mi pesar, tal conclusión no quiere decir que haya logrado dominar la mirada e ignorar los espectáculos que de cuando en vez se presentan. Como los demás, soy un simio curioso. Antes de racionalizarlo, los ojos responden al color de la carne. Y sin querer queriendo, disfruto como un bebé que algo cubierto se descubra. 

Si este es quizá el origen del espíritu científico, el husmear desprevenidamente es un mal secundario. Mentiría si dijera que es sólo curiosidad y que no hay nada libidinoso en el asunto. Pero me resisto a incluir la mirada dentro de las conductas punibles. De lo contrario, tendría que aceptar la solución islámica ortodoxa, que no encuentro indecente pero si exagerada. 

Por supuesto, educar la mirada hasta su extinción es imposible. Está en el ADN. 

miércoles, abril 20, 2016

10Y20

Massimo Pigliuchi, un filósofo de la ciencia de la Universidad de Nueva York, escribió que tal vez la ética más apropiada para la vida cotidiana es la de las virtudes, aunque para el gobierno el consecuencialismo es lo mejor. En distinguir diferentes esferas éticas coincide con Samuel Scheffler, otro filósofo favorito de la casa, quien también concibe una división del trabajo moral en la sociedad—aunque no coincide con la selección de Pigliuchi.

En términos sencillos, el gobierno debe tratar de conseguir los mejores resultados, pero para cada uno de nosotros es más sensato tratar de ser mejores personas. Suena sencillo, pero la práctica es el problema, sobre todo cuando las dos esferas chocan. 

Una cuestión particularmente álgida es cuando las decisiones de gobierno implican la pérdida de vidas. Justificables en la estadística, cada tragedia individual es difícil de aceptar. Es por eso que, para que estas dos esféras éticas funcionen un acuerdo común sobre cómo se asume la muerte sea necesario. 

Pigliucci, por un lado, se ha dedicado a rescatar el estoicismo como una ética de vida. Para esta forma de pensar, el suicidio es una salida aceptable, virtuosa supongo, cuando las condiciones lo requieren. El perseguir ser mejores personas puede muy bien pasar por el sacrificio. 

Derek Parfit en su monumental "Razones y Personas" dedica la cuarta parte del libro a discutir en que consiste que las personas sean personas. La exploración propone todo tipo de ejercicios mentales sobre teletransportación, cambios de cerebro, etc. que es una delicia de leer. Su conclusión, si mal no recuerdo, es que es difícil de determinar dónde empieza y termina uno, por lo que se debería ser menos temeroso de la muerte. Aceptar eso es básico para el consecuencialismo y es ahí donde las visiones éticas armonizan. 

No sé porque estos pensamientos me parecen supremamente hermosos. 

martes, abril 19, 2016

10Y19

Mi amigo M cumplió setenta y pico años el fin de semana. Sus nietos vinieron a visitarlo y a hacerle fiesta, un poco a su pesar según me cuenta mientras conduce rumbo al dojo. Para alguien como él, nacido y criado en el campo, esto es algo que tiene poco sentido. En su casa los cumpleaños no se celebraban porque ¿qué hay de bueno en envejecer? Además, ¿cuál es el punto en celebrar algo por lo que uno no se ha esforzado? Cuando salió de su casa para estudiar en Tokio y se encontró con la bulla de los onomásticos, le pareció una tontería, y no ha dejado de parecerle. 


Aunque la sonrisa que se le asoma cuando menciona a sus nietos amenaza con traicionarlo, la vehemencia de sus palabras y sus gestos termina por convencerme de su sinceridad. Al fin de cuentas, las fiestas de cumpleaños no eran un costumbre en este archipiélago, y sólo empezaron hace unos cuantos siglos. Fueron otra de tantas prácticas importadas de Europa. De hecho, se sabe quién fue la primera persona en celebrar su cumpleaños en el imperio: uno de los generales importantes de antes de Tokugawa (¿Toyotomi? ¿Nobunaga? No lo recuerdo) cuando las puertas a Occidente se cerraron por trescientos años. 

De cierto modo, que tal desafección hacia el cumpleaños se mantenga no debería ser una sorpresa. Después de todo, ¿por qué otra razón no habrían inventado una mejor canción que el maldito Happy Birthday, el qué siguen (seguimos) cantando en esa medio lengua que no es inglés ni japonés ni nada? Esa capacidad para el sincretismo guardando en el fondo dudas sobre lo que no parece tener un justificación práctica me parece una virtud muy valiosa para estos tiempos en los que nos ahogamos en información. Además, estoy de acuerdo. 

lunes, abril 18, 2016

10Y18

Una de las razones por las cuales la ética consecuencialista* es criticada normalmente es la alta exigencia de información que se requiere para seguirla a cabalidad. Es decir, para hacer siempre lo que tenga las mejores posibles consecuencias es necesario saber cuáles serán las consecuencias de todas las opciones posibles, algo que de entrada suena imposible. Una de las alternativas que ofrecen los seguidores de esta escuela es el recurso de la democracia como método de decisión cuando la ignorancia no permite la unanimidad.

Llevado a la escala global esta salida también se encuentra en Rawls al describir lo que es la política: lo que surge cuando morales irreconciliables se encuentran. (O algo así creo haber leído en La Ley de las Gentes)

Es simpático cómo la ética y la ciencia se parecen en este respeto, tratando de encontrar soluciones antes de que toque dejarlas a la opinión pública. El rey filósofo de Platón en acción. El germen de la tecnocracia y por ahí incluso del autoritarismo. En defensa propia, se puede alegar que en la vida moderna son muchas más las cosas que dejamos sal buen juicio de los expertos las que decidimos totalmente por nuestra cuenta. La alternativa democrática es la válvula  de emergencia, pero puede que sea sólo una decoración. 

*Nombre general de escuelas éticas de la cuales el utilitarismo es la más conocida. 

domingo, abril 17, 2016

10Y17

Las imágenes del desastre en Kumamoto nos son familiares. Hace cinco años y un mes estábamos en una situación similar: algunos sin agua, luz o gas; haciendo fila para conseguir alimentos, no para sobrevivir sino para recuperar la sensación de seguridad. Es difícil no sentirse identificado con la gente en las noticias y que asomen las lágrimas con cada tragedia personal. 


Sin embargo, después de cinco años de estar dándole vueltas al asunto, es difícil ignorar las importantes limitaciones de la información audiovisual. Que haya gente en un refugio haciendo fila para recibir bolas de arroz no significa que todos los refugios estén en la misma situación, ni que la gente haga fila porque no tiene que comer. Por más vívidas que sean las imágenes, la magnitud del evento se les escapa. Sólo con los días se tendrán las estadísticas y una descripción más objetiva de las consecuencias de la emergencia pero—y esta es la parte más paradójica—incluso entonces será difícil comprender lo que pasó y como proceder. Cada persona, cada hogar, cada refugio detrás de los números está en condiciones especiales, las cuales cambian constantemente, y las soluciones generales puede que les sirvan o no. Muchos de los más vulnerables son invisibles a las cámaras y a los números. 

En últimas, el rol de las imágenes es enviar una señal para que a los que les es dado actuar actúen, y para que los demás hagan presión o se unan al esfuerzo de ser necesario. 

sábado, abril 16, 2016

10Y16

Algo misterioso de los juegos de mesa es el poder somnífero de las instrucciones. Son infalibles: basta con leer una página para empezar a bostezar. Pero no es sólo la lectura. Con sólo preguntarle a H si quiere jugar un juego nuevo ya es suficiente. Así de potente es el efecto.

Lo paradójico es que son juegos, no una clase aburrida del colegio después de almuerzo. A las reglas se llega por voluntad propia y con la expectativa de divertirse imaginando como será la experiencia de jugar. Pero no hay caso. El resultado es la misma bostezadera. 

La explicación se encuentra en el nivel de abstracción que requiere sumergirse en cualquier juego de mediana complejidad. El entramado de mecanismos, la cantidad de información nueva y la forma en que estos se interrelacionan para formar la unidad del juego, nada  de esto tiene asidero en cerebro. Es aprendizaje desde cero. Tanto es el esfuerzo que hasta debe adelgazar. 

Es por esto que explicar juegos es casi un arte. Hace poco vi incluso un libro recopilando experiencias de personas que explican juegos a menudo. En algunas ferias en Alemania—de donde viene una cantidad de los juegos modernos—hay premios para las mejores reglas. ¿Será por eso que no son tan populares? Pero como son de chéveres, vale la penar seguir buscando como resolver el misterio. 

viernes, abril 15, 2016

10Y15

Encarar una audiencia no deja de ser un reto. Las caras expectantes, el vaivén de la atención, la ansiedad por comunicar, la imposibilidad de ensimismarse y reflexionar en medio de una presentación. Por más que tenga el tema preparado, una vez empieza la clase es como un carro de balineras mal armado cuesta abajo. Siempre quedo exhausto y un poco deprimido. Simpático, es algo que solía sentir hace muchos años, cuando le expresaba mi amor a alguien que luego no correspondía. Bonito que eso sea enseñar: una forma de amar en la que se empeña uno en dar lo mejor y se aprende a la vez a no esperar nada a cambio, a no quedar vacío a pesar de darlo todo.  

jueves, abril 14, 2016

10Y14

Hubo hoy en Twitter un comentario sobre historiadores favoritos que me pareció fuera de lugar. No puedo interactuar por Twitter en la oficina, así que no pude preguntar, pero el tema me quedó sonando. No sé porque me parece que la historia merece un tratamiento diferente al de la literatura al momento de valorarla. Quizá es porque las obras en historia cumplen (o se supone que cumplen) una multiplicidad de roles sociales que la ficción no. De manera que las historias que se cuentan son mucho más importantes que las personas que las cuentan. 


Nada de eso va en contra a admirar la destreza de ciertos autores al momento de contar la historia. Pero los ejemplos sugeridos en el comentario de marras sólo parecían representar un cierto tipo canónico de historia que parece estar en revisión (acá escribo sin bases firmes, pues soy bastante ignorante en el tema). Para mi trabajo he leído historias de ideas, de enfermedades, de tratamientos que se salen (al menos parcialmente) de los temas de guerra, poder y líderes que abundan en las secciones de historia en las librerías. Son libros que me han enseñado mucho, mostrando el mundo desde perspectivas distintas en las que nacionalidades y otros temas clásicos dejan de ocupar el centro. Me pregunto si alguno de estos autores sería la respuesta de alguien confrontado con el mismo comentario. 

En últimas, entre gustos no hay disgustos. 

miércoles, abril 13, 2016

10Y13

En Malasia cogieron una culebra de siete metros y medio, casi tan larga como la que tiene el récord de su especie. Estaba merodeando una obra cuando la encontraron los obreros, quienes dieron parte a las autoridades. La memoria fotográfica muestra a seis hombres sonrientes cargando a la bestia como si fuera un tapete. El animal parece indiferente.

Pasados un par de días del acontecimiento, la culebra amaneció muerta. Los custodios aseguran que se suicidó. Una criatura de su estirpe no aguanta los malos tratos ni las incomodidades del cautiverio. Sin embargo el método del suicidio es un misterio. Parece poco probable que se haya colgado. Menos aún, estrangularse a sí misma. Tal vez intento engullirse hasta atragantarse, en ese ritual místico que sólo le es dado a las serpientes. Se descarta, en todo caso, que la violencia de los agentes de seguridad haya tenido nada que ver con el fatal desenlace.

Picture of construction crew holding python

Tomado de la National Geographic 

martes, abril 12, 2016

10Y12

Hoy Aleyda (a.k.a. Leidymarmalade) compartió un escrito suyo sobre la triste experiencia de compartir el estudio y el trabajo con machos. Es decir, con hombres que acostumbran a hacer bromas obscenas, fantasear con mujeres y morbosear en general. En su queja cuenta con todo mi apoyo y todo lo que pueda hacerse por remediar el asunto debe ser intentado.

No puedo, sin embargo, dejar de ser pesimista sobre los prospectos de dicha empresa. El trasfondo del comportamiento es inherente a nuestra biología y lo más que se puede es intentar restringirlo. Por más avanzada que sea nuestra civilización, no dejaremos de ser simios. El progreso será siempre frágil. Ríos de tinta seguirán corriendo al respecto, necesarios para señalar y confrontar, pero nunca definitivos. Como lavarse las manos, toca hacerlo a diario. 

La metáfora sugiere que la solución es cuestión de disciplina, pero me pregunto si habrá otro método. ¿Habrá alguna sociedad que haya logrado un mejor resultado? En otra esfera de los tabúes, no deja de sorprender como los japoneses tratan sus excrementos con tanta normalidad. Tal vez en ello haya algo que aprender. 

lunes, abril 11, 2016

10Y11

Es paradójico que este tiempo e impulso para escribir de nuevo en el blog tenga origen próximo en dejar de leer el periódico. Cómo si pasara de consumir las noticias a producirlas. Dejar de ser una caja de resonancia y volver al reportaje. Es ahí cuando uno vuelve a caer en cuenta de lo pequeña de la experiencia individual, la arrogancia inherente a escribir. Tal vez sea por ello que hay tantos megalómanos y narcisistas entre los escritores. Con esos cimientos es más fácil pontificar. 


Escritores humildes y humildad al escribir por suerte también existen—aunque sea de dientes para afuera. Borges es de los que hablaba más de lo que leía que de lo que escribía.  La humildad está también siempre presente en el Quijote. El personaje principal de El Péndulo de Foucault de Eco acepta ser un espectador de la vida, y procura jugar bien su papel. De eso se trata. 

domingo, abril 10, 2016

10Y10

Las ballenas de la Bahía de Tailandia tienen su truco para pescar. Un truco que nada tiene que envidiar al de los magos. Se quedan quietas por un momento en medio de esas aguas mansas y oscuras, abren su bocota y, entonces, los pececillos empiezan a saltar dentro de su boca. Nada parece explicar esa locura suicida. Algunos confucianistas vieron en ello una prueba del desprendimiento de lo individual para pasar a ser parte de la magnificencia de ballena. Las aves perezosas aprovechan para comer de gorra. Los pescadores mueren de la envidia.


sábado, abril 09, 2016

10Y9



Ir al colegio de nuevo es muy entretenido. No por la nostalgia, sino porque todo es nuevo y distinto. La ceremonia, las canciones, las fotos grupales. El discurso del rector para los niños invitándolos a divertirse mientras estos no ven el momento de empezar a hacerle caso. Los padres, sus pintas y todo lo que ellas esconden. Los salones atestados de cosas que sólo empezarán a tener sentido con los días. Las profesoras y sus múltiples personalidades. El primer lugar en la vida que es misterioso para los papás y no para los pequeños. 

viernes, abril 08, 2016

10Y8

En enero leí Mil Grullas de Yasunari Kawabata mientras escuchaba una y otra vez sin parar Feel Alright de Sean Paul. Empezó como una coincidencia pero en seguida las dos cosas resonaron y la intensidad de la experiencia erótica se multiplicó por cien.

Tal vez sea el único que piensa esto, pero Kawabata es de lo más cercano que hay en la literatura al dance hall/reggaeton—algunas canciones, por lo menos. Simples, sensuales, están hechos para el deleite corporal puro. Su veneno consiste en una fórmula conocida de ritmo sincopado, tensión, explosión, recarga. Que la experiencia se repita no cansa porque es una cuestión biológica, hormonal, básica. Si tal vez rayan con lo vulgar es porque somos vulgares. Si parecen carecer de refinación y sofisticación—con lo cual discrepo—es porque esa es la condición humana. Si no les gusta, ni lo lean ni lo bailen.


jueves, abril 07, 2016

10Y7

Esta mañana seis niños y sus madres ocupaban la sección del tren a la que usualmente me subo. Cada uno llevaba un Nintendo DS y jugaban todos el mismo juego de carreras de karts. Las madres, desentendidas, charlaban o dormitaban. Aunque el tren se fue llenando, los niños siguieron festivos, hablando sin mirarse, o mirándose a través de sus personajes. 


Mi reacción inicial fue la de buscar algo que recriminar. Ver la gente ensimismada en sus pantallas es un paisaje cotidiano y triste. Darle un aparato de eso a los niños para que no molesten, una táctica común de padres cansados—con o sin razón. Pero la verdad es que en el tren no hay mucho más que hacer y, en últimas, estaban disfrutando entre todos. ¡Qué maravillosa es la tecnología!

La tropa se bajó una estación antes de la mía, así que no pude leer. Tampoco pude evitar sentirme un poco viejo. 


miércoles, abril 06, 2016

10Y6

Cuando empecé con éste blog, lo mío era la ficción frentera y, de alguna manera, lo conservo con la ilusión de volver a ella. Intentos de escribir historias en estos diez años han sido esporádicos e infructuosos. Recién llegado garrapateé un cuento sobre los movimientos del vecino de la residencia estudiantil, y luego un par de poemas y ya. De un momento para otro el placer de escribir se refundió entre la experiencia de volver a nacer en tierras extrañas y la responsabilidad de desarrollar una tesis doctoral durante cinco años de casi total (y bien remunerada) libertad. 


Pero las historias siguen ahí. Se sienten. Tiene que ver el hecho de que en el trabajo cualitativo el discurso y la narrativa jueguen un papel tan central, así como para el trabajo cuantitativo las historias sean una cárcel inescapable. Investigaciones en ciencia del comportamiento, ética y economía apuntan en el mismo sentido. Ser consciente de la componente narrativa de lo que se dice en cualquier ámbito del conocimiento es un requisito para avanzar en su estudio. Es decir, saber de ficciones ayuda a saber de certezas y, más que todo, ignorancias. 

Creo también que esas no son todas las historias que me quedan. O eso quiero creer. 

martes, abril 05, 2016

10Y5

La historia de los 100 sacos de arroz ha sido fuente de inspiración para la inversión en educación en Japón y, a través de la cooperación internacional del país, en otros países. Trata de un clan que después de perder en una guerra quedó en la miseria y sin que comer. Ante la situación, un clan amigo decidió enviarles 100 sacos de arroz para que aliviaran las necesidades más urgentes. Sin embargo, el jefe del clan decidió vender ese arroz y usar el dinero en educación. La gente del clan criticó el plan, pero al final prevaleció lo que el jefe dispuso. Años después—quién sabe cuántos—las personas que aprovecharon tal oportunidad trajeron de nuevo prosperidad al clan y sus gentes.


Dos observaciones. De ser cierta, la historia parece confirmar indirectamente que las hambrunas pocas veces son el resultado de la ausencia de alimento que los agentes externos creen observar. A menos, claro, que la decisión del jefe haya resultado en algunas muertes que la historia omite. 

Segundo, la historia aparece en un panfleto sobre la ayuda japonesa a Honduras 10 años después del Huracán Mitch. En ese contexto, no puede dejar de verse como una crítica a la ayuda humanitaria, sobre la que tanto empeño pone Occidente. Tal vez lo que parece urgente no lo es tanto, y es mejor concentrarse en lo importante. ¿No existe entonces el humanitarianismo entre los japoneses? Esa es una pregunta complicada y quizá secundaria. 

lunes, abril 04, 2016

10Y4

Después de terminar la práctica de kendo, algunos estudiantes se quedan un rato a hacer los movimientos del día con katanas de verdad. Todos deben tener más de cincuenta años, así que no parece una frivolidad o un capricho. Por alguna extraña razón, no se me había ocurrido que el gusto por los aceros fuera un aliciente para dedicarse al kendo. Al contrario, es algo que me llevaría a dejarlo. 

El otro día, uno de los compañeros me tendió su katana y me invitó a blandirla. Me pareció grosero despreciar el ofrecimiento y lo hice, pero la sensación me pareció muy desagradable. Una cosa es anotar un punto en la máscara del adversario y otra muy distinta tirar a matarlo. En una reseña que leí hace poco de un libro sobre filosofía de las artes marciales, el autor sostiene que la práctica de estas implica una disociación de la violencia como consecuencia de los movimientos y el objetivo del arte. Se distingue la "intencionalidad de los movimientos" del "propósito de la acción". Los movimientos tienen una intención violenta pero el propósito es diferente: es entrenar, cultivarse a uno mismo, perfeccionarse.

Creo que usar katana cierra la posibilidad de tal distinción. El kendo con espada se siente más cerca del arma de fuego que del pincel. ¿Por qué seguir practicando entonces? El libro este sugiere dos paradojas de las artes marciales que me parecen muy atractivas para no explorarlas. La paradoja estética, o el encontrar bello algo violento, y la paradoja ética, o que algo diseñado para la violencia sea virtuoso. Pero ahora ya no estoy seguro de que sea una motivación compartida.

domingo, abril 03, 2016

10Y3

Al final de los Siete Samurais, Kambei  lamenta que aquella haya sido otra guerra perdida. Las victorias del general son aquellas en las que no se pierde ni una vida de la tropa. Las otras serán quizá victorias para el pueblo, pero no para él. La idea del bien común sobre el del individuo debió ser difícil de celebrar en el Japón de la posguerra. Aunque creo que debe ser un sentimiento compartido entre personas de guerra. Los ejércitos no deberían de ser una institución tan complicada de cambiar. 

sábado, abril 02, 2016

10Y2



Cuando los cerezos florecen en el parque de Ueno es como si todas la jaulas del zoológico hubiesen quedado abiertas. El paisaje humano es mil veces más colorido y animado que el pálido rosa de los árboles florecidos. Hay que llegar temprano, antes de que la multitud se embriague y se ponga rosadamente violenta. Aún así, será difícil encontrar espacio en el prado para más de un comensal. Hay que contentarse con ello.


viernes, abril 01, 2016

10Y1

El primer día del año fiscal japonés es un acontecimiento. Un millar de pequeñas cosas, disímiles en apariencia, cambian al unísono, provocando una sensación incómoda pero asombrosa.

Cambiaron los jefes y algunos compañeros, todos los cuales pasaron desfilando por los escritorios saludando. A la señorita que daba el pronóstico del clima por las noches en la NHK se le acabó el contrato y se fue para otro canal. La 'Onesan'* del programa preferido de los niños de 3 a 4 años, quien era igual de apreciada por los papás, dejó ese régimen de pseudo-esclavitud y tal vez se case pronto y colabore a repoblar el archipiélago. Algunos trenes y buses hacen ajustes milimétricos a sus horarios, incrementando su eficiencia de esa manera que sólo las estadísticas sienten. Rebaños de nuevos asalariados se pasean nerviosos, listos a aceptar todo lo que se les viene encima. Aquí y allá, casi imperceptibles, van apareciendo los estudiantes de intercambio, con sus  trasteos de 30 kilos y n-mil ilusiones. Llegaron también las instrucciones para profesores, de planta y por horas, con múltiples manuales que pronto harán parte de nuestro glorioso sistema de reciclaje—el cual también cambia los días de recolección de cuando en vez en este día. Por fortuna el aumento del IVA se va a hacer esperar, pero los millones de pensionados nos recuerdan que es cuestión de tiempo—la cuota de la pensión si subió, pero no tanto como los jubilados. Los helados subieron de precio, porque la madera de los palitos se ha hecho escasa. El Asahi decidió descontinuar su edición digital en inglés para el Kindle, así que se acabaron los haikus y la hilaridad del tren de regreso a casa. (Sistemas regulatorios de diferentes tipos fueron renovados, pero ya no tengo periódico para revisar los detalles).  Algunos cambiaron de pinta,  desafiando al viento, y se les ve tiritar en las esquinas. 

Sólo los cerezos y las bestias parecen ajenas a esta demencia. Para bien de todos.


* Hermana mayor es la traducción literal.