viernes, abril 08, 2016

10Y8

En enero leí Mil Grullas de Yasunari Kawabata mientras escuchaba una y otra vez sin parar Feel Alright de Sean Paul. Empezó como una coincidencia pero en seguida las dos cosas resonaron y la intensidad de la experiencia erótica se multiplicó por cien.

Tal vez sea el único que piensa esto, pero Kawabata es de lo más cercano que hay en la literatura al dance hall/reggaeton—algunas canciones, por lo menos. Simples, sensuales, están hechos para el deleite corporal puro. Su veneno consiste en una fórmula conocida de ritmo sincopado, tensión, explosión, recarga. Que la experiencia se repita no cansa porque es una cuestión biológica, hormonal, básica. Si tal vez rayan con lo vulgar es porque somos vulgares. Si parecen carecer de refinación y sofisticación—con lo cual discrepo—es porque esa es la condición humana. Si no les gusta, ni lo lean ni lo bailen.


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