lunes, abril 11, 2016

10Y11

Es paradójico que este tiempo e impulso para escribir de nuevo en el blog tenga origen próximo en dejar de leer el periódico. Cómo si pasara de consumir las noticias a producirlas. Dejar de ser una caja de resonancia y volver al reportaje. Es ahí cuando uno vuelve a caer en cuenta de lo pequeña de la experiencia individual, la arrogancia inherente a escribir. Tal vez sea por ello que hay tantos megalómanos y narcisistas entre los escritores. Con esos cimientos es más fácil pontificar. 


Escritores humildes y humildad al escribir por suerte también existen—aunque sea de dientes para afuera. Borges es de los que hablaba más de lo que leía que de lo que escribía.  La humildad está también siempre presente en el Quijote. El personaje principal de El Péndulo de Foucault de Eco acepta ser un espectador de la vida, y procura jugar bien su papel. De eso se trata. 

No hay comentarios.: