domingo, abril 10, 2016

10Y10

Las ballenas de la Bahía de Tailandia tienen su truco para pescar. Un truco que nada tiene que envidiar al de los magos. Se quedan quietas por un momento en medio de esas aguas mansas y oscuras, abren su bocota y, entonces, los pececillos empiezan a saltar dentro de su boca. Nada parece explicar esa locura suicida. Algunos confucianistas vieron en ello una prueba del desprendimiento de lo individual para pasar a ser parte de la magnificencia de ballena. Las aves perezosas aprovechan para comer de gorra. Los pescadores mueren de la envidia.


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