jueves, abril 14, 2016

10Y14

Hubo hoy en Twitter un comentario sobre historiadores favoritos que me pareció fuera de lugar. No puedo interactuar por Twitter en la oficina, así que no pude preguntar, pero el tema me quedó sonando. No sé porque me parece que la historia merece un tratamiento diferente al de la literatura al momento de valorarla. Quizá es porque las obras en historia cumplen (o se supone que cumplen) una multiplicidad de roles sociales que la ficción no. De manera que las historias que se cuentan son mucho más importantes que las personas que las cuentan. 


Nada de eso va en contra a admirar la destreza de ciertos autores al momento de contar la historia. Pero los ejemplos sugeridos en el comentario de marras sólo parecían representar un cierto tipo canónico de historia que parece estar en revisión (acá escribo sin bases firmes, pues soy bastante ignorante en el tema). Para mi trabajo he leído historias de ideas, de enfermedades, de tratamientos que se salen (al menos parcialmente) de los temas de guerra, poder y líderes que abundan en las secciones de historia en las librerías. Son libros que me han enseñado mucho, mostrando el mundo desde perspectivas distintas en las que nacionalidades y otros temas clásicos dejan de ocupar el centro. Me pregunto si alguno de estos autores sería la respuesta de alguien confrontado con el mismo comentario. 

En últimas, entre gustos no hay disgustos. 

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