miércoles, diciembre 27, 2006

Especiales pOp-Up: Viles Engendros del Espacio Exterior

De espaldas a la sociedad:
el drama interior del espacio exterior

Todo comenzó hace muchos años cuando vivía en Venezuela y seguía de cerca las peripecias de Ultraman. Son tiempos inaccesibles en mi cabeza, de los cuales difícilmente recuerdo la ciudad de Caracas, pero sí ese dinosaurio nefando, o ese calamar intrépido que amenazaba con destruir la preciosa civilización que el magnífico equipo científico protegía con su vida. Bueno, con la de Ultraman, cada vez que el bicho adquiría dimensiones inconmensurables.

Maléfico gorrión cocinero en festival de la Hoja Azul,
Avenida Josenji, Sendai

Ahora me pregunto que influencia pudieron tener en mi tierna formación estos abnegados japoneses, científicos capaces de las más grandes proezas por el bien mundial. Tal vez a ellos se deba en buena parte mi fascinación por la ciencia y, por otro lado, por estar familiarizado con ellos, creo que nunca se me hizo raro ver a gente con ojos rasgados por la calle, ni los señalé o incomodé con la mirada. (Supongo que entienden que lo contrario me pasa con frecuencia por estos lares)

Tremebundo engendro cúbico en campaña de beneficencia,
Shibuya, Tokyo

Luego vino la época de la perubólica, y otro desafío de legiones infernales amenazando la pacífica existencia terrestre. No se cuantos recuerden a Liveman, pero para mi marca el cierre de mi relación honesta con el sentai, que así se conoce a este genero de entretenimiento. Se trataba de un grupo de estudiantes con habilidades en artes marciales – y danza coreográfica – que, cuando la cosa se ponía ruda, disponían de un robot para enfrentar un sin fin de engendros, hechos a partir de cualquier objeto imaginable, agigantados cuando casi se les daba por vencidos, gracias a los poderes de los misteriosos – y, de paso, andróginos - doctores malignos. El detalle del robot, que se llevo no sin resquemor la trusa gigante, vino a rememorar los buenos tiempos de Mazinger, Dínamo o el Vengador, de los que no se si algún día hablaré.

Sádica gotita discute con su "manager",
zona "comercial", Sendai

(Para contextualizar al lector que aún no sabe de que estoy hablando, de este género – copiado y más bien “de generado” - es que vienen los power rangers)

Héroe promedio saluda desde su triciclo promocional,
Shibuya, Tokyo

Al poco tiempo de llegar, dentro de las personalidades que decoran la rutina diaria, me fui encontrando aquellos villanos del sentai de mi infancia. Como era de esperarse, son menos feos de cómo se veían, y un poco más flacos – la cámara siempre te sube unos kilitos. Tampoco se dedican a hacer el mal, mas bien son buenas personas; aprovechan su grado de recordación e imagen para impulsar productos y eventos que pocas veces coinciden con su esencia, pero a los cuales se acoplan rápidamente. Porque ¿qué hay que no podamos identificar con una reina de belleza o un vil engendro del espacio exterior?

Diabólico oso relajoso frente a edificio de maquinitas,
Akihabara, Tokyo

Por lo pronto yo, amante de las causas perdidas, me les uní por un rato, para acabar con los estigmas y ponerme en sus zapatos o, mejor dicho, en su cara.

Activista

Espant oso

panÓptiko

2 comentarios:

Carlos Obregón dijo...

Vaya epocas de la infancia... A mi el sentai nunca me calo mucho y me parece que las producciones de los 90 nunca pudieron superar el esplendor de los 80.

Si uno mira todos estos recuerdos podriamos pensar que los latinos somos individuos globales (palabra de moda) porque nosotros de chiquitos comiamos lo que daba el mercado americano (Thundercats), japones (Capitan Centella) y europeo (Tintin, Pitufos, Asterix)

Bienaventurados seamos nosotros los elegidos para corregir los rumbos de este mundo.

Anónimo dijo...

Tiene sentido. No recuerdo Ultraman, pero sí liveman y las pocas cosas que he visto de los Power Rangers, y si se fija bien, o si hace memoria con cuidado, verá que los susodichos mounstritos rara vez morian. Sí, explotaban con efectos pirotécnicos baratos, pero los héroes también y a ellos nunca les pasaba nada.

Lo imagino ahora, dos creaturas de esas discutiendo en la fila de la oficina de desempleados:

"También te derrotó un grupo de gente vestida en trusa de colores con un robot gigante?"

"Sí, debí haber sabido acerca de su rayo multiple triple destructor. Pero bueeeno, ahora sera buscar trabajo por acá en Tokio promocionando dulces o algo. Y tú? A qué te piensas dedicar?"

"Yo voy a buscar fortuna en un lugar llamado Colombia. Mi primo Frisby y su amigo Popsy me dicen que el mercado publicitario es bueno por allá."