jueves, agosto 25, 2011

Anhelos de equilibrio

Buqué de fuego

¿Por qué gustaran tanto aquellas obras que tienen una tragedia humana en el trasfondo? Hace unos meses comenté un libro de David Vann, el cuál extraía mucha de su fuerza de la experiencia del suicidio de su padre. El año pasado también leí "Indigno de ser humano" , un pequeño y caótico libro de Osamu Dasai, quién lo logró terminar de escribir antes de triunfar en su mayor pasatiempo: autodestruirse. Le tengo ganas a una novela que sólo se consigue en japonés, "Puente de madera", escrita en la cárcel por un japonés llamado Noryo Nagayama, cuyo caso es usado por la rama judicial japonesa como estándar para decidir cuándo un asesino merece la pena de muerte. En esta ocasión hago un breve comentario a la última novela de 'Proyecto' Itoh, Armonía, quién la terminó mientras estaba en el hospital intentando infructuosamente de ganarle la batalla al cáncer a sus 35 años.

En un futuro cercano, toda la información de la situación de los cuerpos humanos es trasmitida a una computadora central que les advierte de vuelta si se están comportando o no de manera saludable. Este gran hermano de la salud, encabezado por la Organización Mundial de la Salud, no llega a entender los pensamientos de las personas, pero las delatan sus signos vitales, según los cuales son reportados a los profesionales a cargo, "admedistradores"—mitad médico, mitad administrador—quienes se aseguran de que estén saludables. El sistema no es perfecto, porque sólo se puede entrar en el sistema después de la pubertad. Y tres jovencitas están dispuestas a hacerle trampa a su destino suicidándose mientras pueden.

El libro no será un hito de la ciencia ficción, pero esta lleno de detalles interesantes. Está parcialmente escrito en código de programación, lo que para los que entienden del tema les dará un relieve especial a la lectura. En el mundo imaginado por el autor, los libros electrónicos son lo normal, y ver los de papel es extraño; ser duro y pesado es algo antisocial. Además, la constante reflexión sobre lo subversivo del suicidio cuando se vive por obligación es un tema que en lo personal encuentro muy atractivo. Y, por último, el enigma central del libro, como lograr una sociedad en completa armonía, tiene un final perturbador. Los humanos tendemos a olvidar cuánto dependemos de estar fuera del equilibrio.

Recomendado, reyes filósofos.



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