viernes, mayo 08, 2009

Las japonesas los prefieren bajos

¿Tal para cuál?

Para todos los que crecimos en la clase media de un país en desarrollo durante los 80s y 90s, el futuro era un cuadro de un sólo color: amarillo progreso. El camino estaba trazado, casi casi como si se tratase del destino: del colegio a la universidad - o algún estudio superior -, luego a hacer plata, comprar un carro, una casa, tener una familia, seguir de para arriba hacia el amarillo. Desde que no se le zafara una tuerca a uno, no había pierde. Los juegos de video eran costosos, la televisión muy mala, el Internet demasiado técnico, los celulares imposibles, los instrumentos musicales igual de inaccesibles... Fuera del vicio y el fútbol, no quedaba de otra.

Uno de los consuelos de este camino era que uno no tenía que preocuparse mucho por quedarse solo. La mamá siempre decía que uno era muy buen partido, así que era cuestión de tiempo para que le llegase a uno su media naranja. De hecho, era más bien lo contrario: sin importar lo feito que uno fuese, el mensaje era "valórese". Esto porque con lo apetitoso que uno se estaba poniendo, de seguro lo enredaba a uno alguna mugrosa, lugar donde acaba todo sueño de progreso.

Sin embargo, otra es la historia en el mundo multicolor, donde el futuro es más nebuloso, y son muchas las formas respetables de ganarse la vida. En términos económicos, el movimiento de la mano de obra de los oficios al sector productivo y financiero, crea al tiempo una demanda de divertimento y una escasez de gente dedicada a los oficios varios. De manera que ser músico, actor, peluquero, o cocinero son alternativas legítimas, que no generan barullo en la reunión de tías.

Japón es un lugar paradigmático en lo que se refiere a estos dos escenarios porque, sin tener en cuenta las profundas diferencias culturales, el país se desarrollo rápidamente, en treinta años si contamos desde la recuperación post-guerra, o en un poco más de un siglo, si empezamos desde cuando se abrió a occidente. El hecho es que los abuelos japoneses - que son bastantes - no conocían de mayores lujos, y en general llevaron una vida similar a la de nuestros padres, mientras que los pequeños crecieron sumergidos en el mundo de la opulencia - o por lo menos de la modernidad. Es así que los cambios de percepción inter-generacionales se encuentran bien marcados entre las diferentes edades; mientras que los viejos entienden de la vida rural, los jóvenes preguntan si en el país de uno hay edificios.

Todo el rollo para contarles algo más bien intrascendente, pero no por ello menos chocante, sobre el cambio de gustos de las mujeres japonesas de hoy respecto al partido ideal. Esta semana salió en el periódico un artículo sobre el cambio de las tradicionales "tres Kou's" - que viene del ideograma de alto - a las "tres Tei's" - que hace referencia al ideograma de bajo. De entrada es evidente que es un cambio brusco. A nadie sorprenderá que ls Kou's correspondan al paradigma nacional de progreso: Alto grado de estudio, Alto nivel salarial, y Alta estatura. Pero los tiempos cambian, y ahora las mujeres los prefieren bajos: Bajo riesgo en el ingreso, Baja dependencia, y Bajo perfil. En otras palabras, ya que las japonesas igual han de trabajar y llevar el pan a la casa, no quieren mantenidos económica, alimentaria o afectivamente; y, además, que no se crean la gran cosa y hagan caso.

¿Y qué hacemos los monocromáticos?

Mal partido.

panÓptiko

2 comentarios:

Juan Camilo Sosa dijo...

Ahh! "Malpartido"... leyendolo la primera vez rapido vi otra cosa ;)

Opino que precisamente ese paradigma de progreso de estudio, carro, casa, beca, posgrado, hijos y pension es el mayor promotor de esclavitud moderna, preciado "regalito" de nuestros padres quienes sin duda siempre quieren lo mejor para nosotros.

Gracias por las interesantes disertaciones de malpartidez de viernes en la noche.

Un abrazo.

natalia cortes dijo...

Pepito! cada vez que entro a tu blog me rio mucho. Pues te cuento que mis papas se emocionaron cuando les dije que me iba a casar con un europeo y luego se les bajaron los animos cuando les dije que era musico. Bueno, no se puede complacer a todo el mundo. Mi abuelita si esta bien dichosa (porque los europeos no son perros)... bueno, asi es la cosa... un abrazo desde berlin, y me cuentas como van tus planes de los fiordos! :)