Como en uno de aquellos emotivos y trascendentales episodios de los años maravillosos, en los que algún suceso entre lo cotidiano y lo casual llegaba a transformar para siempre la vida del siempre joven Kevin Arnold, entré a comprar un esfero el martes en la cooperativa de la facultad. Aunque en Japón no se acostumbra a tener música en los lugares públicos, había un fondo sonoro. Y precisamente fue éste, y no la calidad del esfero que compré (que entre otras, también me tiene maravillado), el que poco antes de salir me hizo levantar la cabeza y mirar al cielo de parlantes: el cáustico ritmo de hip hop que domina las tendencias contemporáneas se sacudió, quedando de él un compás conocido. Ya quisiera yo que fuera un cha cun cha como el de Rafael, o el inmortal chipi chipi del alma, pero un tu patupatu patupatu se lo tomó todo y esa fue la sentencia. El Reggeton esta aquí.
P.D. Lamento mucho no poder escribir tan a menudo como quisiera, pero recibo y leo sus mensajes con avidez. Los recuerdo y los veo en el firmamento. Buen viento,
panÓptiko
miércoles, mayo 31, 2006
y entonces sucedió
tal cual fue percibido desde el
panÓptiko
a las
11:00 p.m.
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4 comentarios:
Yo ya oi La gasolina por aca. Es una tristeza.
Dito.
uy! no me imagino, sera que empezaran a bailar?, podras hasta dictar clases jejeje
Bueno, esta es otra "ventaja" de la globalizaciòn. Espero que puedas practicar los diferentes pasos para dsifrutar de este ritmo tan animado. Saludos MMCUENCA
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