Ir al colegio de nuevo es muy entretenido. No por la nostalgia, sino porque todo es nuevo y distinto. La ceremonia, las canciones, las fotos grupales. El discurso del rector para los niños invitándolos a divertirse mientras estos no ven el momento de empezar a hacerle caso. Los padres, sus pintas y todo lo que ellas esconden. Los salones atestados de cosas que sólo empezarán a tener sentido con los días. Las profesoras y sus múltiples personalidades. El primer lugar en la vida que es misterioso para los papás y no para los pequeños.
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