En Malasia cogieron una culebra de siete metros y medio, casi tan larga como la que tiene el récord de su especie. Estaba merodeando una obra cuando la encontraron los obreros, quienes dieron parte a las autoridades. La memoria fotográfica muestra a seis hombres sonrientes cargando a la bestia como si fuera un tapete. El animal parece indiferente.
Pasados un par de días del acontecimiento, la culebra amaneció muerta. Los custodios aseguran que se suicidó. Una criatura de su estirpe no aguanta los malos tratos ni las incomodidades del cautiverio. Sin embargo el método del suicidio es un misterio. Parece poco probable que se haya colgado. Menos aún, estrangularse a sí misma. Tal vez intento engullirse hasta atragantarse, en ese ritual místico que sólo le es dado a las serpientes. Se descarta, en todo caso, que la violencia de los agentes de seguridad haya tenido nada que ver con el fatal desenlace.

Tomado de la National Geographic
Tomado de la National Geographic
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