¡Apareció el niño! Todo es felicidad. Que historia tan extraña. Pasó la semana en una bodega de las Fuerzas de Auto-Defensa, quienes se suponían lo estaban buscando. Soportó a punta de agua y enrollado en colchonetas para combatir el frío. Que bueno que el instinto de supervivencia aún nos funcione. Reconfortante.
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