domingo, abril 25, 2010

Vejez en flor

Funaoka, Prefectura de Miyagi

Es en primavera cuando la terquedad de los japoneses recoge sus frutos, o mejor dicho, florece. Los cerezos, hasta los más raquíticos y desgonzados, sostenidos por cientos de lazos y varas, se llenan de rosa cual quinceañera, alegrando el corazón como siempre. Es increíble como esos palos vetustos, que en invierno parecen fallecer vencidos por su propio peso, se lucen desvergonzados cada primavera. Siempre que me cruzo con uno de esos centenarios, me quedo mirando a la gente que los visita, para ver con que ojos los miran, y me queda la impresión de que el culto a la belleza y el respeto a la tradición han sepultado para siempre la verdad de la decrepitud de los árboles, el hecho de que su vida se extiende artificialmente.

Claro que eso de la "decrepitud" es puro prejuicio mío. Los mismos humanos nos la pasamos buscando como alargar un poco más nuestra existencia. ¿Por qué dejar los árboles a su suerte? Además, el ejercicio de la jardinería a gran escala, en el espacio y en el tiempo, sirve para recordarnos los límites de nuestra existencia, nos enseña a participar en proyectos de los cuales no veremos tal vez el fin, y a valorar a quienes nos rodean - de quienes, en últimas, dependerá el proyecto al que nos entregamos.


Aún así, la imagen de los ancianos floreciendo no deja de darme cierta tristeza. Alentador pensar que seguiremos regalando al mundo lo más colorido de nosotros por tantos años, aunque el cuerpo parezca moribundo y haga falta soporte. Pero esa reticencia al cambio lleva su cuota de egoísmo, cerrando el paso a lo que hubiese sido y ya no será.

En fin, dos formas de ver mundo muy distintas, y el panÓptiko muy trascendental.

Rosadito,

2 comentarios:

Daniel Vaughan dijo...

No entiendo lo de la terquedad de los japoneses. Cómo funciona la cosa? Si no estuviera sostenidos por cientos de lazos y varas no florecerían? Hace poquito vi, o leí en alguna parte sobre el ritual anual y simbólico que hay alrededor de las primeras flores primaverales. Decían, hasta donde alcancé a entender, que es usual para las parejas ir en esos primeros días a refrendar su compromiso de largo plazo. La idea me pareció llamativa y romántica. Qué tan cierto es eso? Cómo funciona?

Se cuida.

panÓptiko dijo...

Daniel, con la terquedad me refiero a ese no dejar a los enclenques a su suerte. A mi me impresiona todo el esfuerzo que le meten a los arbolitos. De ahí que, aunque hay cerezos en Washington o Alemania, sólo acá tengan tanto renombre (o eso me parece).

Lo de las flores de primavera es toda una institución en Japón. No se hasta que punto las parejas lo hacen como un ritual, pero es un plan sagrado. El año fiscal y el año académico empiezan en abril, así que los cerezos tienen ese sentido de inicio. Las compañías, los amigos, y las familias en general, salen estas dos semanas a comer y beber bajo de los cerezos. Pero creo que este es sólo uno de varios rituales que tienen - como un paseo de olla con sentido profundo.

Gracias por pasar,