Mucho
aprendí y
mucho olvidé también
por propia voluntad.
En mi memoria, cada
cosa ocupaba su lugar.
Así, lo que estaba a la
derecha no podía
pasar a la izquierda.
Sólo conocí la tranquilidad
el día que repudié todo
con desprecio.
Comprendí al cabo que
no es posible afirmar
ni negar nada.
aprendí y
mucho olvidé también
por propia voluntad.
En mi memoria, cada
cosa ocupaba su lugar.
Así, lo que estaba a la
derecha no podía
pasar a la izquierda.
Sólo conocí la tranquilidad
el día que repudié todo
con desprecio.
Comprendí al cabo que
no es posible afirmar
ni negar nada.
1 comentario:
muy bien... saludos
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